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https://doi.org/10.11588/diglit.13468#0032
t L I B. Í. CAP. I IV
do&os i sabíos an afirmado por verdadero ¿ i cierto, i dixe las razones
que lo podían confirmar.
Recibioseslo en general mui bien fauore.ciendo lo muchos, que en
ello i cosas maiores pueden dar su voto por sus muchas letras i suma
autoridad digna de toda veneración, i respeto. En particular, en al-
gunas cosas se a dudado , íaauido diuersos pareceres. Vno fuedeper-
sonas, que con la eminencia de su erudición,, isabidiina,icon sa gran-
deza de su dignidad i excellencia no juzgaron por indigno della, dar
a entenderlo que les hazia dificultad. Hizieron lo con animo verda-
deramente regio, enseñando, que no desdize della humanidad afable^
estimar las cosas por pequeñas i humildes, quesean. Otro fue de al-
gunos , que lo que 10 procure escnuir lin ofensa a^ena , dieron a en-
tender Ja tenian por tal, i con blandura mezcláronla repreheníion a-
spera,descubriendo su indignación^ sentimiento.I aun de lo que dixe
incidentemente en duda , lo redarguieron descompueílamente. Si mi
Í)ropoíicion fue ssaca i fútil, los argumentos lo auian de moílrar , i no
o que es fuera dellos, con que suplieron su falta.
Con la sumission, ¿reconocimiento que deuia , procure , i pienso
que satisfize a los primeros, juntando todo lo que podía seruir para
solucionde las dificultades i dudas dando la claridad conuiniente.
Délo qual sea recogido lo que contienen estos libros, que como
llenos de variedad, i en ella algunas cosas no communes ni ordina-
rias , j uzgo an de ser agradables • porque se ponderan las que lo son,
con que vienen a dar otra muestra de íidelo que a la primera viíla
deseubren. En ellas ai muchas que tocan a nostra nobilislima España,
i también a Arabia, i Africa , i a sus gentes i lenguas, dignas de ser
sabidas i entendidas.
Délos segundos no trato aqui, porque quiero dar lugar altiem-
po, que cura, i sazona todo lo que con madurez conuiene i importa^
que llegue a tener la.
«CAP. II.
fe/í auido carias monarquías en el mundo»
i el' efe él o paraquefue la Romana.
SI con gran cuidado sedeue ííempre deíTear condiseursos clarot
deseubrir la sabia razón, i sentencia, con igual i aun maior con-
mene disponerla, paraque fácilmente se entienda, i perciba. Pierdesc
el pensamiento prudente , ííno le acompaña la claridad , que lo expli-
que.
do&os i sabíos an afirmado por verdadero ¿ i cierto, i dixe las razones
que lo podían confirmar.
Recibioseslo en general mui bien fauore.ciendo lo muchos, que en
ello i cosas maiores pueden dar su voto por sus muchas letras i suma
autoridad digna de toda veneración, i respeto. En particular, en al-
gunas cosas se a dudado , íaauido diuersos pareceres. Vno fuedeper-
sonas, que con la eminencia de su erudición,, isabidiina,icon sa gran-
deza de su dignidad i excellencia no juzgaron por indigno della, dar
a entenderlo que les hazia dificultad. Hizieron lo con animo verda-
deramente regio, enseñando, que no desdize della humanidad afable^
estimar las cosas por pequeñas i humildes, quesean. Otro fue de al-
gunos , que lo que 10 procure escnuir lin ofensa a^ena , dieron a en-
tender Ja tenian por tal, i con blandura mezcláronla repreheníion a-
spera,descubriendo su indignación^ sentimiento.I aun de lo que dixe
incidentemente en duda , lo redarguieron descompueílamente. Si mi
Í)ropoíicion fue ssaca i fútil, los argumentos lo auian de moílrar , i no
o que es fuera dellos, con que suplieron su falta.
Con la sumission, ¿reconocimiento que deuia , procure , i pienso
que satisfize a los primeros, juntando todo lo que podía seruir para
solucionde las dificultades i dudas dando la claridad conuiniente.
Délo qual sea recogido lo que contienen estos libros, que como
llenos de variedad, i en ella algunas cosas no communes ni ordina-
rias , j uzgo an de ser agradables • porque se ponderan las que lo son,
con que vienen a dar otra muestra de íidelo que a la primera viíla
deseubren. En ellas ai muchas que tocan a nostra nobilislima España,
i también a Arabia, i Africa , i a sus gentes i lenguas, dignas de ser
sabidas i entendidas.
Délos segundos no trato aqui, porque quiero dar lugar altiem-
po, que cura, i sazona todo lo que con madurez conuiene i importa^
que llegue a tener la.
«CAP. II.
fe/í auido carias monarquías en el mundo»
i el' efe él o paraquefue la Romana.
SI con gran cuidado sedeue ííempre deíTear condiseursos clarot
deseubrir la sabia razón, i sentencia, con igual i aun maior con-
mene disponerla, paraque fácilmente se entienda, i perciba. Pierdesc
el pensamiento prudente , ííno le acompaña la claridad , que lo expli-
que.