Vanguardia y revolución como ideas-fuerza en el arte argentino
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La vanguardia como revolución
Un recorrido por algunos hitos del arte experimental argentino de los sesenta/
setenta permitirá ahondar en los modos en que el encuentro entre vanguardia y
revolución resultó primero, imaginable; luego, perentorio; más tarde, términos
equivalentes, y por último, una falacia. Las nociones de superposición12 (van-
guardia es revolución) y de transición (de la vanguardia a la revolución) fue-
ron formulaciones de ese cruce, por cierto no solo en la escena argentina sino
en muchas otras partes.
Entre mediados de los años cincuenta y principios de los sesenta, durante
la primera fase de la época (que va del movimiento informalista a la Nueva Fi-
guración), la vanguardia artística se percibe a sí misma como revolución. Hacer
arte de vanguardia es en sí mismo un acto revolucionario.
[Fig. 1. Kenneth Kemble, Paisajes suburbanos, 1957.]
12 Las vanguardias políticas localizan a las vanguardias artísticas y, bajo ciertas circunstan-
cias, las sustituyen, dice Hal Foster, en: Foster 2001 [1996]: 177.
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La vanguardia como revolución
Un recorrido por algunos hitos del arte experimental argentino de los sesenta/
setenta permitirá ahondar en los modos en que el encuentro entre vanguardia y
revolución resultó primero, imaginable; luego, perentorio; más tarde, términos
equivalentes, y por último, una falacia. Las nociones de superposición12 (van-
guardia es revolución) y de transición (de la vanguardia a la revolución) fue-
ron formulaciones de ese cruce, por cierto no solo en la escena argentina sino
en muchas otras partes.
Entre mediados de los años cincuenta y principios de los sesenta, durante
la primera fase de la época (que va del movimiento informalista a la Nueva Fi-
guración), la vanguardia artística se percibe a sí misma como revolución. Hacer
arte de vanguardia es en sí mismo un acto revolucionario.
[Fig. 1. Kenneth Kemble, Paisajes suburbanos, 1957.]
12 Las vanguardias políticas localizan a las vanguardias artísticas y, bajo ciertas circunstan-
cias, las sustituyen, dice Hal Foster, en: Foster 2001 [1996]: 177.