Arte y comunismo en la Argentina en la primera mitad del siglo XX
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año: la creación de Frentes Populares para detener el avance del fascismo y de-
fender las libertades democráticas. Desde entonces y hasta 1939 la organiza-
ción funciona como un espacio de colaboración e intercambio donde se reúne
un importante grupo de artistas e intelectuales de izquierda que hasta el mo-
mento se hallaba fragmentado entre anarquistas, socialistas, comunistas y trots-
kistas.
Bemi envía su monumental tela de arpillera Desocupación al Salón de la
AIAPE luego de que esta es rechazada por el jurado del Salón Nacional, que en
esa ocasión solo acepta su obra Figura o La mujer del sweater rojo. En la expo-
sición promovida por la AIAPE, en cambio, Desocupación se convierte en una
de las obras más elogiadas. Las notas periodísticas destacan la influencia del
muralismo y la crítica utiliza la denominación “neomexicanismo siqueriano” 19
para referirse a este tipo de trabajos.
Tales afirmaciones parecen desconocer las diferencias que desde comien-
zos de 1935 Bemi había expresado en relación con la propuesta del artista
mexicano. En un artículo titulado Siqueiros y el Arte de Masas que se publica
en Nueva Revista Berni plantea el problema del arte mural en la sociedad bur-
guesa, donde los muros son, justamente, propiedad de esa clase y no del pro-
letariado:
La pintura mural no puede ser más que una de las tantas formas de ex-
presión del arte popular. (...) La burguesía es su progresiva fascistización
no cederá sus muros monopolizados para fines proletarios, ni las contra-
dicciones del mismo régimen llegarán al punto que la burguesía por pro-
pia voluntad ponga las armas en manos del enemigo de clase para que
lo derroten.20
Su propia experiencia como miembro del Ejercicio Plástico realizado jun-
to a Siqueiros en la quinta de Botana constituye “la prueba más palpable” de su
argumento: “Siqueiros para realizar una pintura mural tuvo que aferrarse a la
primera tabla que le ofreció la burguesía sólo así pudo evitar que se ahogara en
la nada toda su labor de divulgación teórica”.
Según el artista rosarino, solo una sociedad sin clases donde el proletaria-
do esté al mando puede brindar las condiciones necesarias para el desarrollo del
muralismo, y así y todo no puede asegurarse que ese sea el arte por excelencia
del socialismo.
Como contrapartida, Bemi defiende las múltiples formas en que se expre-
sa el arte proletario en el capitalismo y propone la creación de una escuela-taller
19 Pacheco 1996: 9.
20 Nueva Revista Política, Arte, Economía 1935. Todas las citas de esta página correspon-
den a este artículo.
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año: la creación de Frentes Populares para detener el avance del fascismo y de-
fender las libertades democráticas. Desde entonces y hasta 1939 la organiza-
ción funciona como un espacio de colaboración e intercambio donde se reúne
un importante grupo de artistas e intelectuales de izquierda que hasta el mo-
mento se hallaba fragmentado entre anarquistas, socialistas, comunistas y trots-
kistas.
Bemi envía su monumental tela de arpillera Desocupación al Salón de la
AIAPE luego de que esta es rechazada por el jurado del Salón Nacional, que en
esa ocasión solo acepta su obra Figura o La mujer del sweater rojo. En la expo-
sición promovida por la AIAPE, en cambio, Desocupación se convierte en una
de las obras más elogiadas. Las notas periodísticas destacan la influencia del
muralismo y la crítica utiliza la denominación “neomexicanismo siqueriano” 19
para referirse a este tipo de trabajos.
Tales afirmaciones parecen desconocer las diferencias que desde comien-
zos de 1935 Bemi había expresado en relación con la propuesta del artista
mexicano. En un artículo titulado Siqueiros y el Arte de Masas que se publica
en Nueva Revista Berni plantea el problema del arte mural en la sociedad bur-
guesa, donde los muros son, justamente, propiedad de esa clase y no del pro-
letariado:
La pintura mural no puede ser más que una de las tantas formas de ex-
presión del arte popular. (...) La burguesía es su progresiva fascistización
no cederá sus muros monopolizados para fines proletarios, ni las contra-
dicciones del mismo régimen llegarán al punto que la burguesía por pro-
pia voluntad ponga las armas en manos del enemigo de clase para que
lo derroten.20
Su propia experiencia como miembro del Ejercicio Plástico realizado jun-
to a Siqueiros en la quinta de Botana constituye “la prueba más palpable” de su
argumento: “Siqueiros para realizar una pintura mural tuvo que aferrarse a la
primera tabla que le ofreció la burguesía sólo así pudo evitar que se ahogara en
la nada toda su labor de divulgación teórica”.
Según el artista rosarino, solo una sociedad sin clases donde el proletaria-
do esté al mando puede brindar las condiciones necesarias para el desarrollo del
muralismo, y así y todo no puede asegurarse que ese sea el arte por excelencia
del socialismo.
Como contrapartida, Bemi defiende las múltiples formas en que se expre-
sa el arte proletario en el capitalismo y propone la creación de una escuela-taller
19 Pacheco 1996: 9.
20 Nueva Revista Política, Arte, Economía 1935. Todas las citas de esta página correspon-
den a este artículo.