Ritualizar la muerte
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ermita transparente donde depositó en la parte superior un pequeño cajón de
madera o urna funeraria. En el interior del cubículo, y de manera vertical a lo
largo del prisma de acrílico, ordena y estructura la obra una cruz sepulcral con
una corona de papel crepe blanco. La cruz opera en diálogo entre la urna fune-
raria y la base de la ermita que contiene tierra con algunas velas alrededor de
la misma. En la lista de obras que aparecían en el catálogo, la pieza del artis-
ta llevaba por título “Urna Funeraria de los Caídos por la Liberación Latinoa-
mericana”.
El proceso de politización que vive el arte a principios de los años seten-
ta envuelve a varias de las producciones de los artistas convocados en tomo al
Centro de Arte y Comunicación (CAyC). Tales propuestas casi no concebían el
arte sin la reflexión política. En este sentido, observamos nuevos desarrollos
formales y plásticos cuyas innovaciones trababan un diálogo innegable con el
entorno político imperante.
En nuestro análisis, cabe señalar la aproximación conceptual de la urna
funeraria que viene a anticipar el lugar que ocuparán las tumbas anónimas en
el “Cementerio de los guerrilleros Latinoamericanos” de los años posteriores.
[Fig. 2. Alfredo Portillos, “Cementerio de los guerrilleros Latinoamericanos”, 1974.]
Esta evocación alcanzaba de manera conmemorativa al pasado reciente -y
anticipatorio al mismo tiempo- de los caídos que lucharon durante el proceso
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ermita transparente donde depositó en la parte superior un pequeño cajón de
madera o urna funeraria. En el interior del cubículo, y de manera vertical a lo
largo del prisma de acrílico, ordena y estructura la obra una cruz sepulcral con
una corona de papel crepe blanco. La cruz opera en diálogo entre la urna fune-
raria y la base de la ermita que contiene tierra con algunas velas alrededor de
la misma. En la lista de obras que aparecían en el catálogo, la pieza del artis-
ta llevaba por título “Urna Funeraria de los Caídos por la Liberación Latinoa-
mericana”.
El proceso de politización que vive el arte a principios de los años seten-
ta envuelve a varias de las producciones de los artistas convocados en tomo al
Centro de Arte y Comunicación (CAyC). Tales propuestas casi no concebían el
arte sin la reflexión política. En este sentido, observamos nuevos desarrollos
formales y plásticos cuyas innovaciones trababan un diálogo innegable con el
entorno político imperante.
En nuestro análisis, cabe señalar la aproximación conceptual de la urna
funeraria que viene a anticipar el lugar que ocuparán las tumbas anónimas en
el “Cementerio de los guerrilleros Latinoamericanos” de los años posteriores.
[Fig. 2. Alfredo Portillos, “Cementerio de los guerrilleros Latinoamericanos”, 1974.]
Esta evocación alcanzaba de manera conmemorativa al pasado reciente -y
anticipatorio al mismo tiempo- de los caídos que lucharon durante el proceso