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Las artes industriales en la época románica
gado por el Papa Alejandro III, pero su hijo Enrique VI
asegura, mediante su matrimonio con Constanza, los reinos
de Sicilia y Ñápeles. Enrique VI muere todavía muy
joven en 1197, sin tiempo para realizar sus vastísimos
planes ; los güelfos exaltan a Otón VI de Brunschwig
oponiéndolo a Felipe de Suabia, nombrado por los ene-
migos de aquél. Felipe es asesinado en 1208 y Otón II des-
terrado en 1212. Es nombrado rey Federico II, hijo de
Enrique VI, y su reinado se extiende desde 1215 hasta
1250. Riñe una enconada lucha con la Iglesia y con las
ciudades lombardas, viéndose obligado a dejar en libertad
de acción a los príncipes alemanes, y, finalmente, sucumbe.
Por esta razón, su sucesor Conrado IV, 1250-1254, carece
del necesario poder. En la época siguiente del interregno,
1254-1273, el Imperio alemán se fragmenta en numerosas
estructuras principescas, caballerescas y ciudadanas, que
sólo guardan entre sí una endeble relación. Cada una de
ellas ejercita, cuando puede, el derecho del más fuerte. No
obstante, las artes industriales florecen.
Por muy movida que sea esta época, ofrece, sin em-
bargo, un gran florecimiento espiritual. En ella alcanza
el estilo románico su valor integral. Paralelamente con
esto se observa un notable refinamiento de las costumbres.
La época de los merovingios se caracterizaba por una
gran rudeza, no avanzándose gran cosa en la época de los
carolingios. Carlomagno, lo mismo que sus predecesores,
procedía sin conciencia alguna en la elección de sus re-
cursos políticos. Sin embargo, fué lo suficientemente pru-
dente para apreciar que la Antigüedad era el único punto de
apoyo para la instrucción, y el cultivo del arte, de la lite-
ratura y de la ciencia, la única posibilidad progresiva. El
renacimiento carolingio, acaecido en su reinado, que inició
la posición esplendente de la ciencia germánica, sucumbió
por la incapacidad política y por la tendencia de la Iglesia
a considerar en el espíritu germánico un factor de paga-
nismo. Como consecuencia, la educación general no fué
muy elevada ; las constantes luchas de los emperadores
Las artes industriales en la época románica
gado por el Papa Alejandro III, pero su hijo Enrique VI
asegura, mediante su matrimonio con Constanza, los reinos
de Sicilia y Ñápeles. Enrique VI muere todavía muy
joven en 1197, sin tiempo para realizar sus vastísimos
planes ; los güelfos exaltan a Otón VI de Brunschwig
oponiéndolo a Felipe de Suabia, nombrado por los ene-
migos de aquél. Felipe es asesinado en 1208 y Otón II des-
terrado en 1212. Es nombrado rey Federico II, hijo de
Enrique VI, y su reinado se extiende desde 1215 hasta
1250. Riñe una enconada lucha con la Iglesia y con las
ciudades lombardas, viéndose obligado a dejar en libertad
de acción a los príncipes alemanes, y, finalmente, sucumbe.
Por esta razón, su sucesor Conrado IV, 1250-1254, carece
del necesario poder. En la época siguiente del interregno,
1254-1273, el Imperio alemán se fragmenta en numerosas
estructuras principescas, caballerescas y ciudadanas, que
sólo guardan entre sí una endeble relación. Cada una de
ellas ejercita, cuando puede, el derecho del más fuerte. No
obstante, las artes industriales florecen.
Por muy movida que sea esta época, ofrece, sin em-
bargo, un gran florecimiento espiritual. En ella alcanza
el estilo románico su valor integral. Paralelamente con
esto se observa un notable refinamiento de las costumbres.
La época de los merovingios se caracterizaba por una
gran rudeza, no avanzándose gran cosa en la época de los
carolingios. Carlomagno, lo mismo que sus predecesores,
procedía sin conciencia alguna en la elección de sus re-
cursos políticos. Sin embargo, fué lo suficientemente pru-
dente para apreciar que la Antigüedad era el único punto de
apoyo para la instrucción, y el cultivo del arte, de la lite-
ratura y de la ciencia, la única posibilidad progresiva. El
renacimiento carolingio, acaecido en su reinado, que inició
la posición esplendente de la ciencia germánica, sucumbió
por la incapacidad política y por la tendencia de la Iglesia
a considerar en el espíritu germánico un factor de paga-
nismo. Como consecuencia, la educación general no fué
muy elevada ; las constantes luchas de los emperadores