HISTORIA DE LAS ARTES INDUSTRIALES
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de ciervo, de restos de jabalí y otros análogos, traba-
jados por la mano del hombre. Entonces debió atra-
vesar Europa, alternativamente, largos períodos fríos
y cálidos. En estos períodos fríos de larga duración se
formaron los glaciares, los cuales, existiendo aún en
las altas cordilleras, se extendieron considerablemente
por todas las tierras bajas. Según parece, el hombre
apareció en los dos últimos de todos estos sucesivos
períodos glaciales. Parece probable que el hombre ya
en ellos aprendiera la extracción de los metales y la
elaboración del bronce, cuyo conocimiento persistió,
salvándose a través de la última edad de hielo.
Al parecer, los hombres de la época paleolítica no
se diferenciaron esencialmente en su género de vida,
de los animales superiores que les rodeaban. Mutua-
mente se consideraban como presa deseable. Pernoc-
taban aquéllos al abrigo de las peñas, en profundas
cuevas, entre las ramas de los árboles y detrás de arbus-
tos frondosos ; luchaban con el oso y la hiena de las
cavernas, disputándoles la carne de los animales y
acaso la de los mismos hombres, muertos.
Los hombres del período neolítico poseyeron ya
viviendas, aunque muy rudimentarias, que oscilaban
entte la caverna y la choza carbonera. También se cono-
cen ejemplos de palafitos, cuya forma más perfecta,
una especie de fortín sobre pivotes, consta de corredor,
cubierta y hogar. Se ahuecaban troncos de árboles en
los que moraba el hombre, se elaboraban anzuelos y
redes, se tenían animales caseros como el perro, la cabra
y la oveja ; de ésta se aprovechaba la lana para confec-
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de ciervo, de restos de jabalí y otros análogos, traba-
jados por la mano del hombre. Entonces debió atra-
vesar Europa, alternativamente, largos períodos fríos
y cálidos. En estos períodos fríos de larga duración se
formaron los glaciares, los cuales, existiendo aún en
las altas cordilleras, se extendieron considerablemente
por todas las tierras bajas. Según parece, el hombre
apareció en los dos últimos de todos estos sucesivos
períodos glaciales. Parece probable que el hombre ya
en ellos aprendiera la extracción de los metales y la
elaboración del bronce, cuyo conocimiento persistió,
salvándose a través de la última edad de hielo.
Al parecer, los hombres de la época paleolítica no
se diferenciaron esencialmente en su género de vida,
de los animales superiores que les rodeaban. Mutua-
mente se consideraban como presa deseable. Pernoc-
taban aquéllos al abrigo de las peñas, en profundas
cuevas, entre las ramas de los árboles y detrás de arbus-
tos frondosos ; luchaban con el oso y la hiena de las
cavernas, disputándoles la carne de los animales y
acaso la de los mismos hombres, muertos.
Los hombres del período neolítico poseyeron ya
viviendas, aunque muy rudimentarias, que oscilaban
entte la caverna y la choza carbonera. También se cono-
cen ejemplos de palafitos, cuya forma más perfecta,
una especie de fortín sobre pivotes, consta de corredor,
cubierta y hogar. Se ahuecaban troncos de árboles en
los que moraba el hombre, se elaboraban anzuelos y
redes, se tenían animales caseros como el perro, la cabra
y la oveja ; de ésta se aprovechaba la lana para confec-