UISÍORÍA DÉ LAS AÉTES INDUSTRÍALES
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eos de iconos, aplicaciones indumentarias, y, finalmente,
el famoso revestimiento de altar de la iglesia de San
Marcos de Venecia, la Pala d' Oro (fig. 97), en cuya obra
trabajaron artistas de muy distintos tiempos. Posterior-
mente, decae esta técnica, que también hubo de ser
cultivada, al parecer, en talleres imperiales, semejantes
Fig. 96. Esmalte bizantino,
representando la Crucifixión,
en el tesoro de la catedral de
Munich
Fig. 97. Fragmento de la Pala
d’ Oro, en San Marcos de
Venecia
a los gineceos. En 1204, la ruina de este arte era com-
pleta. Todavía se conservó, fragmentariamente, en
algunas localidades y conventos, especialmente en los
de Georgia, donde se aplicó a la confección de iconos.
El estilo es mezquino. Sin embargo, el mediodía de
Rusia produjo magníficos trabajos que sirven de conti-
nuación al estilo de los esmaltes bizantinos, hasta que,
por último, se desarrolló el esmalte ruso de alambres,
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eos de iconos, aplicaciones indumentarias, y, finalmente,
el famoso revestimiento de altar de la iglesia de San
Marcos de Venecia, la Pala d' Oro (fig. 97), en cuya obra
trabajaron artistas de muy distintos tiempos. Posterior-
mente, decae esta técnica, que también hubo de ser
cultivada, al parecer, en talleres imperiales, semejantes
Fig. 96. Esmalte bizantino,
representando la Crucifixión,
en el tesoro de la catedral de
Munich
Fig. 97. Fragmento de la Pala
d’ Oro, en San Marcos de
Venecia
a los gineceos. En 1204, la ruina de este arte era com-
pleta. Todavía se conservó, fragmentariamente, en
algunas localidades y conventos, especialmente en los
de Georgia, donde se aplicó a la confección de iconos.
El estilo es mezquino. Sin embargo, el mediodía de
Rusia produjo magníficos trabajos que sirven de conti-
nuación al estilo de los esmaltes bizantinos, hasta que,
por último, se desarrolló el esmalte ruso de alambres,