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g6o VIDAS DE LOS PINTORES,
tes obras, y especialmente retratos; y fue tan estimado de
aquel Rey , que le armo caballero del Hábito de Christo
por ios apos de mil quinientos y cincuenta; y colmado de ri-
quezas , y mercedes de tan gran Príncipe , murió poco des-
pués por los años de mil quinientos y cincuenta y siete , a
los cincuenta y nueve de su edad.
AA^ROáVZO AZORO, p/z/ro R
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ue Antonio Moro natural de la villa de Utrecht en
Holanda : mostró desde sus primeros años singular añeion á
el Arte de la Pintura ; y llevado de la fama de las obras
de Juan Escorcho , pintor insigne en dicha villa , se entregó
Antonio á su disciplina , en ¡a qual aprovechó tanto , que en
breve tiempo consiguió la verdadera imitación del natural,
especialmente en los retratos , en que se aventajó a muchos
de su tiempo. Pasó a Italia , y en Roma estudió en las mas
célebres obras de Micael Angel, y Rafael de Urbino , de
donde volvió muy aprovechado , de suerte , que daba tal vi-
veza á lo que executaba , así en color, como en dibuxo , v
en las mas exquisitas menudencias, que parecía desmentir
el natural.
Pasó á España , y llegado a Madrid por los años de mil
quinientos y cincuenta y dos, retrató principalmente á el Se-
ñor Felipe Segundo , Rey de España , Príncipe entonces ; y
habiéndole promovido por el Cardenal Gramheli á el servi-
cio del Señor Emperador Carlos Quinto, fue enviado por su
Magestad Cesárea á executar el retrato de la Señora Princesa
de Portugal Doña Alaría, primera muger del Señor Felipe
Segundo , y asimesmo el retrato del Rey Don Juan el Ter-
cero de Portugal, y el de la Reyna Doña Catalina su espo-
sa , hermana menor del Señor Emperador, por los quales
tres retratos recibió Antonio Moro seiscientos ducados de pa-
ga , ademas del salario que le estaba señalado, y otros mu-
chos dones de gran precio , entre los quales fue un anillo de
oro , estimado en mil ñorines, con que le regalaron los esta-
dos de aquel reyno. Y habiendo retratado á el mismo tiem-
po muchos Príncipes, y Caballeros de Portugal, cada uno le
dio por su retrato cien ducados , y un anillo de oro , según
su posibilidad , que en aquel tiempo era suma excesiva.
Después de esto fue enviado por su Magestad Cesárea á
In-
í IüxtaloachimdeSandtartin Academ.NobiHss. AttisPictoria?.
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tes obras, y especialmente retratos; y fue tan estimado de
aquel Rey , que le armo caballero del Hábito de Christo
por ios apos de mil quinientos y cincuenta; y colmado de ri-
quezas , y mercedes de tan gran Príncipe , murió poco des-
pués por los años de mil quinientos y cincuenta y siete , a
los cincuenta y nueve de su edad.
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Holanda : mostró desde sus primeros años singular añeion á
el Arte de la Pintura ; y llevado de la fama de las obras
de Juan Escorcho , pintor insigne en dicha villa , se entregó
Antonio á su disciplina , en ¡a qual aprovechó tanto , que en
breve tiempo consiguió la verdadera imitación del natural,
especialmente en los retratos , en que se aventajó a muchos
de su tiempo. Pasó a Italia , y en Roma estudió en las mas
célebres obras de Micael Angel, y Rafael de Urbino , de
donde volvió muy aprovechado , de suerte , que daba tal vi-
veza á lo que executaba , así en color, como en dibuxo , v
en las mas exquisitas menudencias, que parecía desmentir
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Pasó á España , y llegado a Madrid por los años de mil
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habiéndole promovido por el Cardenal Gramheli á el servi-
cio del Señor Emperador Carlos Quinto, fue enviado por su
Magestad Cesárea á executar el retrato de la Señora Princesa
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tres retratos recibió Antonio Moro seiscientos ducados de pa-
ga , ademas del salario que le estaba señalado, y otros mu-
chos dones de gran precio , entre los quales fue un anillo de
oro , estimado en mil ñorines, con que le regalaron los esta-
dos de aquel reyno. Y habiendo retratado á el mismo tiem-
po muchos Príncipes, y Caballeros de Portugal, cada uno le
dio por su retrato cien ducados , y un anillo de oro , según
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Después de esto fue enviado por su Magestad Cesárea á
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