Y ESCULTORES ESPAÑOLES. 479
nerar de aquella primera naturaleza. Velazquez desde los pri-
meros años dio indicios de su buen natural, y de la buena
sangre que estaba latiendo en sus venas, aunque en modera-
da fortuna; sus padres le criaron, bien que sin ornato y gran-
deza , con la leche del temor de Dios; aplicóse á el estudio
de las buenas letras, excediendo en la noticia de las lenguas,
y en la filosofía a muchos de su tiempo. Dio muestras de
particular inclinación á pintar; y aunque descubrid ingenio,
prontitud , y docilidad para qualquiera ciencia , para esta la
tenia mayor; de suerte, que los cartapacios de los estudios le
servian a veces de borradores para sus ideas. Su viveza imprD
mió en los pechos de sus padres Opinión muy alta de su in-
genio , que después con el transcurso de los años desempeño
tan aventajadamente. Dexaronle seguir su inclinación, sin que
se adelantase en otros estudios, porque a estos le hallaban ya
dedicado con propensión natural, o fuerza de su destino. En-
tregáronle a la disciplina de Francisco de Herrera, a quien en
Andalucía llaman EAY7Yr¿r FAyo, hombre rígido, y de poca
piedad , mas en la Pintura y otras Artes de consumado gusto.
A poco tiempo dexo esta escuela , y siguió la de Fran-
cisco Pacheco , persona de singular virtud , y de mucha eru-
dición, e inteligencia en la Pintura, de la qual escribid varios
libros , y compuso muy elegantes poesías , siendo celebrado
de todos los escritores de su tiempo.
Era la casa de Pacheco cárcel dorada del Arte, academia,
y escuela de los mayores ingenios de Sevilla. Y así Diego
Velazquez vivia gustoso en el continuo exercicio del dibuxo,
primer elemento de la Pintura, y puerta principal del Arte.
Así nos lo dice el mismo Pacheco * con la sencillez , y lla-
neza que acostumbra , y con la verdad de maestro. Gw
FoCÍ7V72<2 , dice , JY C7V0 7722 )Y7"770 jDAgY
7732/fA<%cAo , ^Z2¿%/ ZY732,% M72
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773 22cAoT 77^Í2/7^/fT , ¿7073 ^23^ ^3273^^0 ^73 (?/ f
Inclinóse a pintar con singularísimo capricho , y notable
genio , animales , aves, pescaderias, y bodegones con la per-
fecta imitación del natural, con bellos paises, y figuras : di-
ferencias de comida , y bebida ; frutas, y alhajas pobres, y
humildes , con tanta valentía , dibuxo , y colorido, que pa-
recían naturales, alzándose con esta parte , sin dexar lugar a
otro, con que granged grande fama , y digna estimación en
sus obras, de las quales no se nos debe pasar en silencio
la
X Pacheco Arte de !a Pintara , cap. 8.
¿A AYAzz-
f7Z ATT ^2ZT7Z¿3T A-
?7Y?T , y y%7T0/A?.
EE.Y'Ey ¿A? AY-
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Al fT322f/23
nerar de aquella primera naturaleza. Velazquez desde los pri-
meros años dio indicios de su buen natural, y de la buena
sangre que estaba latiendo en sus venas, aunque en modera-
da fortuna; sus padres le criaron, bien que sin ornato y gran-
deza , con la leche del temor de Dios; aplicóse á el estudio
de las buenas letras, excediendo en la noticia de las lenguas,
y en la filosofía a muchos de su tiempo. Dio muestras de
particular inclinación á pintar; y aunque descubrid ingenio,
prontitud , y docilidad para qualquiera ciencia , para esta la
tenia mayor; de suerte, que los cartapacios de los estudios le
servian a veces de borradores para sus ideas. Su viveza imprD
mió en los pechos de sus padres Opinión muy alta de su in-
genio , que después con el transcurso de los años desempeño
tan aventajadamente. Dexaronle seguir su inclinación, sin que
se adelantase en otros estudios, porque a estos le hallaban ya
dedicado con propensión natural, o fuerza de su destino. En-
tregáronle a la disciplina de Francisco de Herrera, a quien en
Andalucía llaman EAY7Yr¿r FAyo, hombre rígido, y de poca
piedad , mas en la Pintura y otras Artes de consumado gusto.
A poco tiempo dexo esta escuela , y siguió la de Fran-
cisco Pacheco , persona de singular virtud , y de mucha eru-
dición, e inteligencia en la Pintura, de la qual escribid varios
libros , y compuso muy elegantes poesías , siendo celebrado
de todos los escritores de su tiempo.
Era la casa de Pacheco cárcel dorada del Arte, academia,
y escuela de los mayores ingenios de Sevilla. Y así Diego
Velazquez vivia gustoso en el continuo exercicio del dibuxo,
primer elemento de la Pintura, y puerta principal del Arte.
Así nos lo dice el mismo Pacheco * con la sencillez , y lla-
neza que acostumbra , y con la verdad de maestro. Gw
FoCÍ7V72<2 , dice , JY C7V0 7722 )Y7"770 jDAgY
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Inclinóse a pintar con singularísimo capricho , y notable
genio , animales , aves, pescaderias, y bodegones con la per-
fecta imitación del natural, con bellos paises, y figuras : di-
ferencias de comida , y bebida ; frutas, y alhajas pobres, y
humildes , con tanta valentía , dibuxo , y colorido, que pa-
recían naturales, alzándose con esta parte , sin dexar lugar a
otro, con que granged grande fama , y digna estimación en
sus obras, de las quales no se nos debe pasar en silencio
la
X Pacheco Arte de !a Pintara , cap. 8.
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