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Las representaciones femeninas, sus diseños corporales y su simbología en el occidente mesoamericano
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Las representaciones femeninas
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celebraciones o ceremonias, como se observa en las llamadas “maquetas”. La
técnica de elaboración generalmente es modelada, realizada con gran maestría,
con técnicas decorativas numerosas que exponen de una manera viva los de-
talles de las piezas en aplicaciones, pintura, punzonado, esgrafiado, incisiones,
etc., todas y cada una exaltando ornamentos y arreglos corporales, estas carac-
terísticas contextúales aportan elementos de primera mano para la interpreta-
ción de las concepciones cosmogónicas de los grupos que interrelacionaron
dentro de esta tradición.
Las representaciones femeninas
El universo figurativo en la concepción de los pueblos en el occidente me-
soamericano es rico en cuanto a sus representaciones, aquí se analizaron prin-
cipalmente los estilos conocidos como Ortices-Tuxcacuesco, Cómala, Ameca-
-Etzatlán, San Sebastián, Tala-Tonalá, San Juanito, Ixtlán del Río y Lagunillas.
El estilo Ortices-Tuxcacuesco está formado principalmente por figuras so-
lidas de entre 5 a 20 cm de altura, realizadas en una pasta de color café cla-
ro o amarillenta, presentan diversas aplicaciones para resaltar características
como los ojos, los cuales además muestran una incisión o punteado que la dan
forma de una semilla de café, sus extremidades superiores suelen ser cortas en
proporción con el resto del cuerpo, los senos son modelados sin detalle, mien-
tras que la representación vaginal cuando se realiza es una incisión o bien una
aplicación en forma de “n”. La decoración cuando la presenta es regularmente
por aplicaciones en hombros, antebrazos y en menor incidencia se tienen deco-
ración al negativo en piernas y pelvis colocadas de manera diagonal. Este tipo
de figuras se encuentran principalmente en el sur de Jalisco y en Colima.
Uno de los estilos más reconocidos por la finesa de sus formas y por el
acabado lustroso de su superficie es el conocido como Cómala, de Colima;
existen figuras huecas con alturas de entre 15 a 50 cm y solidas de entre 10 a 20
cm, presenta una gran cantidad de variantes pues el estilo se despliega durante
toda la fase del mismo nombre desarrollada del 100 al 600 d.C. Destacan por
el realismo de su confección, los rostros y cuerpos son formados por un mo-
delado bien realizado donde predomina la sobriedad. Sus atributos corpóreos
femeninos se observan discretos, los pechos son modelados en las figuras, en
ocasiones únicamente con una aplicación circular simulando probablemente el
pezón o en algunas piezas no se representan; la genitalidad se realiza con inci-
siones a veces muy gruesas y con una aplicación en “n”. Estas piezas presen-
tan pocos atavíos regularmente formados por tocados, collares y enredos; en
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celebraciones o ceremonias, como se observa en las llamadas “maquetas”. La
técnica de elaboración generalmente es modelada, realizada con gran maestría,
con técnicas decorativas numerosas que exponen de una manera viva los de-
talles de las piezas en aplicaciones, pintura, punzonado, esgrafiado, incisiones,
etc., todas y cada una exaltando ornamentos y arreglos corporales, estas carac-
terísticas contextúales aportan elementos de primera mano para la interpreta-
ción de las concepciones cosmogónicas de los grupos que interrelacionaron
dentro de esta tradición.
Las representaciones femeninas
El universo figurativo en la concepción de los pueblos en el occidente me-
soamericano es rico en cuanto a sus representaciones, aquí se analizaron prin-
cipalmente los estilos conocidos como Ortices-Tuxcacuesco, Cómala, Ameca-
-Etzatlán, San Sebastián, Tala-Tonalá, San Juanito, Ixtlán del Río y Lagunillas.
El estilo Ortices-Tuxcacuesco está formado principalmente por figuras so-
lidas de entre 5 a 20 cm de altura, realizadas en una pasta de color café cla-
ro o amarillenta, presentan diversas aplicaciones para resaltar características
como los ojos, los cuales además muestran una incisión o punteado que la dan
forma de una semilla de café, sus extremidades superiores suelen ser cortas en
proporción con el resto del cuerpo, los senos son modelados sin detalle, mien-
tras que la representación vaginal cuando se realiza es una incisión o bien una
aplicación en forma de “n”. La decoración cuando la presenta es regularmente
por aplicaciones en hombros, antebrazos y en menor incidencia se tienen deco-
ración al negativo en piernas y pelvis colocadas de manera diagonal. Este tipo
de figuras se encuentran principalmente en el sur de Jalisco y en Colima.
Uno de los estilos más reconocidos por la finesa de sus formas y por el
acabado lustroso de su superficie es el conocido como Cómala, de Colima;
existen figuras huecas con alturas de entre 15 a 50 cm y solidas de entre 10 a 20
cm, presenta una gran cantidad de variantes pues el estilo se despliega durante
toda la fase del mismo nombre desarrollada del 100 al 600 d.C. Destacan por
el realismo de su confección, los rostros y cuerpos son formados por un mo-
delado bien realizado donde predomina la sobriedad. Sus atributos corpóreos
femeninos se observan discretos, los pechos son modelados en las figuras, en
ocasiones únicamente con una aplicación circular simulando probablemente el
pezón o en algunas piezas no se representan; la genitalidad se realiza con inci-
siones a veces muy gruesas y con una aplicación en “n”. Estas piezas presen-
tan pocos atavíos regularmente formados por tocados, collares y enredos; en