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Mayela Flores Enríquez
de uso que se les dio posterior a su conclusión. Al respecto de su cotidianidad
es importante enfatizar que, aún y cuando la elaboración de dechados pare-
ce haber sido una práctica común y constante entre las niñas, las leyendas que
comprenden, además de la complejidad del trabajo que recogen, sugieren que
generalmente se trataba de obras a las que generalmente sus autoras se dedi-
caron una sola vez en sus vidas, cuando aprendieron a bordar, tejer o deshilar.
De este hecho derivaría el que fueran atesorados por sus familias, a manera de
testigos de un trabajo ejemplar y excepcional, de carácter transicional que ci-
fraron la conclusión de una etapa formativa, detentando la capacidad manual y
mujeril de su ejecutante por lo que sin duda resultan en obras más extraordina-
rias que cotidianas.
[Fig. 8. Dechado mexicano, Autor desconocido, ciudad de México, finales del siglo
XIX, principios del XX. Hilo del algodón teñido con anilinas y bordado sobre cañama-
zo, Colección Museo del Colegio de San Ignacio de Loyola, Vizcaínas.]
A la luz del tipo de reflexiones como las anteriormente presentadas y en
vista de que las investigaciones sobre dechados se han realizado en directa
Mayela Flores Enríquez
de uso que se les dio posterior a su conclusión. Al respecto de su cotidianidad
es importante enfatizar que, aún y cuando la elaboración de dechados pare-
ce haber sido una práctica común y constante entre las niñas, las leyendas que
comprenden, además de la complejidad del trabajo que recogen, sugieren que
generalmente se trataba de obras a las que generalmente sus autoras se dedi-
caron una sola vez en sus vidas, cuando aprendieron a bordar, tejer o deshilar.
De este hecho derivaría el que fueran atesorados por sus familias, a manera de
testigos de un trabajo ejemplar y excepcional, de carácter transicional que ci-
fraron la conclusión de una etapa formativa, detentando la capacidad manual y
mujeril de su ejecutante por lo que sin duda resultan en obras más extraordina-
rias que cotidianas.
[Fig. 8. Dechado mexicano, Autor desconocido, ciudad de México, finales del siglo
XIX, principios del XX. Hilo del algodón teñido con anilinas y bordado sobre cañama-
zo, Colección Museo del Colegio de San Ignacio de Loyola, Vizcaínas.]
A la luz del tipo de reflexiones como las anteriormente presentadas y en
vista de que las investigaciones sobre dechados se han realizado en directa