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Ana Longoni
de la fiesta, manchándolo todo y a todos a su paso. Su operación es explícita:
“Estoy haciendo conmigo mismo una obra, siendo yo el artista, yo mismo pro-
duzco el arte, es decir, yo soy el arte”.16 El cuerpo mismo del artista deviene en
superficie pintada y “pintante”. Este acto de impugnación de la pintura recu-
rre a la propia pintura -ciertamente llevada a su estallido, a su perplejidad, a su
desatino- para reinventar el arte.
Si tanto Greco como Kemble se quejaron amargamente de la incompren-
sión del medio artístico local, incapaz de soportar la consideración de sus pro-
puestas como arte, hay que reconocer entre las pocas voces animosas que apun-
talaron esta ruptura, desde sus primeros atisbos, a Germaine Derbecq. Artista y
crítica de arte en Le Quotidien, periódico de la colectividad francesa en Buenos
Aires, Derbecq era también directora de la galería Lirolay, espacio en el que la
mayoría de los jóvenes creadores que alentaron los movimientos de vanguardia
de la década del sesenta expusieron por primera vez.
ARTE DESTRUCTIVO
BARILARÍ
KEMBLE
LOPEZ ANAYA
ROIGER
SEGUI
TORRAS
WELLS
Invitan a Ud, al cocktail ¿aa¿¿gu.ral a las bs.
GALERIA LIROLAY - ESMERALDA 868
desde el lunes 20 al 30 de Movíembre de 1961
[Fig. 3. Catálogo de “Arte destructivo”, Galería Lirolay, Buenos Aires, I960.]
Fue precisamente en Lirolay donde el núcleo de pintores informalistas
realizó en 1961 una de las experiencias artísticas más revulsivas de esos años,
16 Lea Lublin, testimonio citado en: Alberto Greco 1991.
Ana Longoni
de la fiesta, manchándolo todo y a todos a su paso. Su operación es explícita:
“Estoy haciendo conmigo mismo una obra, siendo yo el artista, yo mismo pro-
duzco el arte, es decir, yo soy el arte”.16 El cuerpo mismo del artista deviene en
superficie pintada y “pintante”. Este acto de impugnación de la pintura recu-
rre a la propia pintura -ciertamente llevada a su estallido, a su perplejidad, a su
desatino- para reinventar el arte.
Si tanto Greco como Kemble se quejaron amargamente de la incompren-
sión del medio artístico local, incapaz de soportar la consideración de sus pro-
puestas como arte, hay que reconocer entre las pocas voces animosas que apun-
talaron esta ruptura, desde sus primeros atisbos, a Germaine Derbecq. Artista y
crítica de arte en Le Quotidien, periódico de la colectividad francesa en Buenos
Aires, Derbecq era también directora de la galería Lirolay, espacio en el que la
mayoría de los jóvenes creadores que alentaron los movimientos de vanguardia
de la década del sesenta expusieron por primera vez.
ARTE DESTRUCTIVO
BARILARÍ
KEMBLE
LOPEZ ANAYA
ROIGER
SEGUI
TORRAS
WELLS
Invitan a Ud, al cocktail ¿aa¿¿gu.ral a las bs.
GALERIA LIROLAY - ESMERALDA 868
desde el lunes 20 al 30 de Movíembre de 1961
[Fig. 3. Catálogo de “Arte destructivo”, Galería Lirolay, Buenos Aires, I960.]
Fue precisamente en Lirolay donde el núcleo de pintores informalistas
realizó en 1961 una de las experiencias artísticas más revulsivas de esos años,
16 Lea Lublin, testimonio citado en: Alberto Greco 1991.