Vanguardia y revolución como ideas-fuerza en el arte argentino
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Arte destructivo. Durante un año, el grupo impulsado por Kemble, e integra-
do por Luis Wells, Silvia Torras, Enrique Barilari, Antonio Seguí, Jorge López
Anaya y Jorge Roiger, recolectó de la calle y la quema restos de juguetes, es-
queletos de paraguas, ataúdes quemados, bañaderas pintadas, sillones despan-
zurrados y demás desechos urbanos. Con todo ello se construyó colectivamen-
te una primera instalación, que invadía todo el espacio de la galería, incluyendo
el techo y el piso, en medio de un clima penumbroso y de una banda sonora en
la que se escuchaba un discurso transmitido de atrás para adelante (por lo tanto
incomprensible) del conocido escritor Manuel Mujica Láinez.
El explícito programa que sustentaba este trabajo -“un manifiesto en imá-
genes”17- es el de la destrucción y la revulsión como motores del arte.
Greco acuña desde 1962 los Vivo-Dito y otras modalidades de practicar el
arte involucrando su propio cuerpo y el de otros como soporte privilegiado de
sus manifestaciones.18 Elige, para el lanzamiento del Arte Vivo-Dito en el me-
dio parisino, la exposición “Antagonismos 2. El Objeto” en el Museo de Artes
Decorativas, en la que Klein tenía una participación destacada. Allí Greco se
pasea entre los asistentes exponiéndose a sí mismo como obra de arte. Porta en
su torso un letrero sándwich que dice “Alberto Greco, obra de arte fuera de ca-
tálogo”, al tiempo que reparte tarjetas personales que lo identifican como “oú-
jet d’art”. El mito señala que incluso le pidió prestada la lapicera a Klein para
“firmar dos obras de arte” delante suyo: una duquesa y un mendigo.
En los días siguientes, continuó firmando como Vivo-Dito una cabeza de
cordero en el mercado, antigüedades, clochards por las calles de París, o a su
amigo, el artista Alberto Heredia, que entonces estaba en París... Realizados en
distintos lugares del mundo19 los Vivo-Dito consisten en señalamientos realiza-
dos en la calle (generalmente marcados mediante un trazado circular de tiza y
a veces solo por el gesto de la mano) en su mayoría alrededor de personas (des-
de una vendedora ambulante a Jackie Kennedy), y a veces encerrando objetos
(un carromato), animales (un burro) o situaciones (un obrero yendo al traba-
jo, una señora colgando la ropa). Llegó a envolver mediante un rollo de papel
de 300 metros por apenas 10 cm. (en el que había escrito el Segundo Manifies-
to Vivo-Dito) al pueblo entero de Piedralaves, en la meseta castellana, para fir-
marlo como obra de arte y declararlo capital mundial del Grequismo vivant.
17 Giunta2001.
18 En el Segundo Manifiesto Vivo Dito, Greco remonta el origen del género a 1954, cuan-
do empieza a firmar personas durante su primera estadía en París. “Firmé paredes, objetos, ca-
lles y baños de París en compañía de la Peñalba Lerchundi”, reproducido en: Alberto Greco
1991: 224.
19 Greco realizó sus Vivo-Dito en París, Piedralaves, Madrid, Nueva York, Buenos Aires, Río
de Janeiro y otros lugares.
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Arte destructivo. Durante un año, el grupo impulsado por Kemble, e integra-
do por Luis Wells, Silvia Torras, Enrique Barilari, Antonio Seguí, Jorge López
Anaya y Jorge Roiger, recolectó de la calle y la quema restos de juguetes, es-
queletos de paraguas, ataúdes quemados, bañaderas pintadas, sillones despan-
zurrados y demás desechos urbanos. Con todo ello se construyó colectivamen-
te una primera instalación, que invadía todo el espacio de la galería, incluyendo
el techo y el piso, en medio de un clima penumbroso y de una banda sonora en
la que se escuchaba un discurso transmitido de atrás para adelante (por lo tanto
incomprensible) del conocido escritor Manuel Mujica Láinez.
El explícito programa que sustentaba este trabajo -“un manifiesto en imá-
genes”17- es el de la destrucción y la revulsión como motores del arte.
Greco acuña desde 1962 los Vivo-Dito y otras modalidades de practicar el
arte involucrando su propio cuerpo y el de otros como soporte privilegiado de
sus manifestaciones.18 Elige, para el lanzamiento del Arte Vivo-Dito en el me-
dio parisino, la exposición “Antagonismos 2. El Objeto” en el Museo de Artes
Decorativas, en la que Klein tenía una participación destacada. Allí Greco se
pasea entre los asistentes exponiéndose a sí mismo como obra de arte. Porta en
su torso un letrero sándwich que dice “Alberto Greco, obra de arte fuera de ca-
tálogo”, al tiempo que reparte tarjetas personales que lo identifican como “oú-
jet d’art”. El mito señala que incluso le pidió prestada la lapicera a Klein para
“firmar dos obras de arte” delante suyo: una duquesa y un mendigo.
En los días siguientes, continuó firmando como Vivo-Dito una cabeza de
cordero en el mercado, antigüedades, clochards por las calles de París, o a su
amigo, el artista Alberto Heredia, que entonces estaba en París... Realizados en
distintos lugares del mundo19 los Vivo-Dito consisten en señalamientos realiza-
dos en la calle (generalmente marcados mediante un trazado circular de tiza y
a veces solo por el gesto de la mano) en su mayoría alrededor de personas (des-
de una vendedora ambulante a Jackie Kennedy), y a veces encerrando objetos
(un carromato), animales (un burro) o situaciones (un obrero yendo al traba-
jo, una señora colgando la ropa). Llegó a envolver mediante un rollo de papel
de 300 metros por apenas 10 cm. (en el que había escrito el Segundo Manifies-
to Vivo-Dito) al pueblo entero de Piedralaves, en la meseta castellana, para fir-
marlo como obra de arte y declararlo capital mundial del Grequismo vivant.
17 Giunta2001.
18 En el Segundo Manifiesto Vivo Dito, Greco remonta el origen del género a 1954, cuan-
do empieza a firmar personas durante su primera estadía en París. “Firmé paredes, objetos, ca-
lles y baños de París en compañía de la Peñalba Lerchundi”, reproducido en: Alberto Greco
1991: 224.
19 Greco realizó sus Vivo-Dito en París, Piedralaves, Madrid, Nueva York, Buenos Aires, Río
de Janeiro y otros lugares.