Memorias fotográficas: tres visiones de la Argentina posdictatorial
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hace este archivo al catalogar las imágenes, los roles específicos de ‘delincuen-
te’, ‘subversivo’ o ‘madre de terrorista’. Asimismo -y especialmente-, la obra
de Zout afirma que cada archivo, además de ser productor de cierto pasado,
construye también el tiempo presente: el horizonte de sentido desde el que se
abren e interpretan los materiales pretéritos. Por esto, es interesante constatar
la manera en que archivos, fotografías y huellas del pasado se van resignifican-
do en sus distintos recorridos. Al principio, frente a los expedientes que llega-
ban a sus manos, Zout reproducía la foto tal cual pero el resultado, según ella,
no funcionaba visualmente o no tenía suficiente potencia. Es entonces cuando,
según la fotografa, apareció un expediente con la foto:
de un Falcon donde habían incendiado a dos personas que habían muer-
to adentro. Entonces yo invertí la imagen porque creía que esa situación
había sido de noche. Empecé a tomar todas las fotos como lo que yo sen-
tía de esa situación, las empecé a invertir. Yo ya no era la documentalista
que documentaba ese expediente sino la persona que revivía esa escena
a partir de mi propia experiencia y mi imaginación.9
Anna María Guasch afirma que, desde finales de la década de los 60 del
siglo XX, existe una constante creativa: un giro hacia la obra de arte “en tanto
que archivo” o “como archivo”.10 Se trata de artistas que comparten un común
interés por el arte de la memoria, tanto la memoria individual como la memoria
cultural y la memoria histórica. Frente a la violencia del archivo -en especial
de los archivos policiales-, el artista se erige como el sujeto que subvierte el ar-
chivo, que selecciona y recombina sus documentos para crear una narración di-
ferente. Así, Zout reencuadra, invierte la luz, reinterpreta y resignifica el mate-
rial. De esta manera, se introduce en el archivo del poder, pura cristalización y
determinación de significado, para generar sentidos tambaleantes y nuevos en
esas imágenes, ya que no apunta a la claridad del concepto o al análisis teóri-
co, sino que expone una memoria desenfocada y viva, siempre en movimiento.
En marzo de 1995, aparecen publicadas en el libro El vuelo, de Horacio
Verbitsky, las declaraciones del ex militar Adolfo Scilingo sobre su participa-
ción, entre 1976 y 1977, en el centro clandestino de la ESMAy en vuelos mi-
litares durante los cuales se lanzó al mar, vivos y desnudos, a detenidos ilegal-
mente. Ea información brindada sobre estos ‘vuelos de la muerte’ fue la clave
para que el juez español Baltasar Garzón pidiera en 1997 la extradición del re-
presor, quien sería luego condenado a 1084 años de prisión por sus crímenes.
9 Zout 2011.
10 Guasch 2005: 157.
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hace este archivo al catalogar las imágenes, los roles específicos de ‘delincuen-
te’, ‘subversivo’ o ‘madre de terrorista’. Asimismo -y especialmente-, la obra
de Zout afirma que cada archivo, además de ser productor de cierto pasado,
construye también el tiempo presente: el horizonte de sentido desde el que se
abren e interpretan los materiales pretéritos. Por esto, es interesante constatar
la manera en que archivos, fotografías y huellas del pasado se van resignifican-
do en sus distintos recorridos. Al principio, frente a los expedientes que llega-
ban a sus manos, Zout reproducía la foto tal cual pero el resultado, según ella,
no funcionaba visualmente o no tenía suficiente potencia. Es entonces cuando,
según la fotografa, apareció un expediente con la foto:
de un Falcon donde habían incendiado a dos personas que habían muer-
to adentro. Entonces yo invertí la imagen porque creía que esa situación
había sido de noche. Empecé a tomar todas las fotos como lo que yo sen-
tía de esa situación, las empecé a invertir. Yo ya no era la documentalista
que documentaba ese expediente sino la persona que revivía esa escena
a partir de mi propia experiencia y mi imaginación.9
Anna María Guasch afirma que, desde finales de la década de los 60 del
siglo XX, existe una constante creativa: un giro hacia la obra de arte “en tanto
que archivo” o “como archivo”.10 Se trata de artistas que comparten un común
interés por el arte de la memoria, tanto la memoria individual como la memoria
cultural y la memoria histórica. Frente a la violencia del archivo -en especial
de los archivos policiales-, el artista se erige como el sujeto que subvierte el ar-
chivo, que selecciona y recombina sus documentos para crear una narración di-
ferente. Así, Zout reencuadra, invierte la luz, reinterpreta y resignifica el mate-
rial. De esta manera, se introduce en el archivo del poder, pura cristalización y
determinación de significado, para generar sentidos tambaleantes y nuevos en
esas imágenes, ya que no apunta a la claridad del concepto o al análisis teóri-
co, sino que expone una memoria desenfocada y viva, siempre en movimiento.
En marzo de 1995, aparecen publicadas en el libro El vuelo, de Horacio
Verbitsky, las declaraciones del ex militar Adolfo Scilingo sobre su participa-
ción, entre 1976 y 1977, en el centro clandestino de la ESMAy en vuelos mi-
litares durante los cuales se lanzó al mar, vivos y desnudos, a detenidos ilegal-
mente. Ea información brindada sobre estos ‘vuelos de la muerte’ fue la clave
para que el juez español Baltasar Garzón pidiera en 1997 la extradición del re-
presor, quien sería luego condenado a 1084 años de prisión por sus crímenes.
9 Zout 2011.
10 Guasch 2005: 157.