Poéticas oblicuas. Edgardo Antonio Vigo en la Diagonal Cero
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Junto con el mencionado ensayo de Weaver, Vigo publicó un extenso ar-
tículo del poeta Haroldo de Campos sobre el grupo Noigandres, constituido en
San Pablo en 1952 en coincidencia con el lanzamiento de una revista-libro de
poemas.37 En la portada reprodujo un poema de Augusto de Campos, hermano
de Haroldo e integrante, junto con él y Décio Pignatari, del grupo paulista. En
1966 los tres poetas de Noigandres visitaron Buenos Aires para dar unas char-
las en el Instituto Di Telia, centro indiscutible en esos años en la visibilidad y
legitimación de las prácticas de la vanguardia experimental. En dicha ocasión
conocieron a Vigo y a los poetas visuales de La Plata38 y probablemente enton-
ces surgió la propuesta de una colaboración en Diagonal Cero. Incluso cuan-
do diversas manifestaciones de la nueva poesía se distanciaban críticamente de
los planteos de la poesía concreta, la incorporación de Noigandres en la revista
platense implicaba un significativo reconocimiento a un grupo que, en el esce-
nario latinoamericano, constituía sin lugar a dudas, un referente para las nuevas
exploraciones poéticas.39
Un año después de la publicación sobre poesía concreta, el número 26 de
Diagonal Cero anunciaba nuevas alianzas que se traducirán en la invención de
nuevas derivas críticas en la poesía. La inclusión de un poema del brasileño Al-
varo de Sá, que Vigo había tomado de su libro de artista 12 x 9, de 1967, in-
auguraba los intercambios con el Movimiento Poema/Processo (del que Alva-
ro de Sá era uno de sus principales impulsores), cruciales en la activación de
nuevas investigaciones en la poesía que, desde el énfasis en el proyecto y en la
condición procesual del poema (planteamientos que entonces también forma-
ban parte de las preocupaciones de Vigo y del resto de los poetas experimen-
tales de La Plata), irán desbordando incipientemente el formato de la página y
de la revista.40
37 De Campos 1967. El texto fue traducido del portugués por Vigo.
38 Así lo refiere Aguilar 2003: 422.
39 En 1968 el crítico Jorge Romero Brest, director del Centro de Artes Visuales del Di Te-
lia, encomendó a Haroldo de Campos la preparación de una “exposición internacional de poesía
concreta”. No pudiendo ocuparse de la muestra, el brasileño sugirió a Vigo como la persona idó-
nea en Argentina para organizaría. Con el nombre de Expo/Internacional de Novísima Poesía,
la muestra preparada por Vigo un año más tarde, con la colaboración y complicidad del resto de
los poetas del Movimiento Diagonal Cero, sin embargo, desbordó en mucho el proyecto inicial,
limitado a la poesía concreta.
40 El ensayo de Vigo De lapoesía/proceso a la poesía paray/o a realizar es ilustrativo de la
importancia que tuvo, en la elaboración de sus propias reflexiones teóricas, el contacto con las
ideas del Movimiento Poema/Processo. Vigo lo caracteriza como “uno de los movimientos más
activistas y revulsivos de la poesía” y sitúa sus prácticas en el inicio de una serie de experimentos
radicales de la nueva poesía que derivan en su conceptualización de una “poesía para y/o a reali-
zar” (Vigo 1970). El Movimiento Poema/Processo había realizado su primera intervención públi-
ca en diciembre de 1967, con una doble exposición organizada por Wlademir Dias-Pino, Alvaro
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Junto con el mencionado ensayo de Weaver, Vigo publicó un extenso ar-
tículo del poeta Haroldo de Campos sobre el grupo Noigandres, constituido en
San Pablo en 1952 en coincidencia con el lanzamiento de una revista-libro de
poemas.37 En la portada reprodujo un poema de Augusto de Campos, hermano
de Haroldo e integrante, junto con él y Décio Pignatari, del grupo paulista. En
1966 los tres poetas de Noigandres visitaron Buenos Aires para dar unas char-
las en el Instituto Di Telia, centro indiscutible en esos años en la visibilidad y
legitimación de las prácticas de la vanguardia experimental. En dicha ocasión
conocieron a Vigo y a los poetas visuales de La Plata38 y probablemente enton-
ces surgió la propuesta de una colaboración en Diagonal Cero. Incluso cuan-
do diversas manifestaciones de la nueva poesía se distanciaban críticamente de
los planteos de la poesía concreta, la incorporación de Noigandres en la revista
platense implicaba un significativo reconocimiento a un grupo que, en el esce-
nario latinoamericano, constituía sin lugar a dudas, un referente para las nuevas
exploraciones poéticas.39
Un año después de la publicación sobre poesía concreta, el número 26 de
Diagonal Cero anunciaba nuevas alianzas que se traducirán en la invención de
nuevas derivas críticas en la poesía. La inclusión de un poema del brasileño Al-
varo de Sá, que Vigo había tomado de su libro de artista 12 x 9, de 1967, in-
auguraba los intercambios con el Movimiento Poema/Processo (del que Alva-
ro de Sá era uno de sus principales impulsores), cruciales en la activación de
nuevas investigaciones en la poesía que, desde el énfasis en el proyecto y en la
condición procesual del poema (planteamientos que entonces también forma-
ban parte de las preocupaciones de Vigo y del resto de los poetas experimen-
tales de La Plata), irán desbordando incipientemente el formato de la página y
de la revista.40
37 De Campos 1967. El texto fue traducido del portugués por Vigo.
38 Así lo refiere Aguilar 2003: 422.
39 En 1968 el crítico Jorge Romero Brest, director del Centro de Artes Visuales del Di Te-
lia, encomendó a Haroldo de Campos la preparación de una “exposición internacional de poesía
concreta”. No pudiendo ocuparse de la muestra, el brasileño sugirió a Vigo como la persona idó-
nea en Argentina para organizaría. Con el nombre de Expo/Internacional de Novísima Poesía,
la muestra preparada por Vigo un año más tarde, con la colaboración y complicidad del resto de
los poetas del Movimiento Diagonal Cero, sin embargo, desbordó en mucho el proyecto inicial,
limitado a la poesía concreta.
40 El ensayo de Vigo De lapoesía/proceso a la poesía paray/o a realizar es ilustrativo de la
importancia que tuvo, en la elaboración de sus propias reflexiones teóricas, el contacto con las
ideas del Movimiento Poema/Processo. Vigo lo caracteriza como “uno de los movimientos más
activistas y revulsivos de la poesía” y sitúa sus prácticas en el inicio de una serie de experimentos
radicales de la nueva poesía que derivan en su conceptualización de una “poesía para y/o a reali-
zar” (Vigo 1970). El Movimiento Poema/Processo había realizado su primera intervención públi-
ca en diciembre de 1967, con una doble exposición organizada por Wlademir Dias-Pino, Alvaro