ARTE ARABE
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cente y dos para terminarla — determinô el que la ma-
yor parte de sus elementos seau aprovechados. Los arcos
suponen una retractaciôn de lo visigôtico : aqui el arco
es semicircular peraltado. Los suplementarios son de
herradura. Éstos van ganando terreno y acaban por
imponerse. Una arqueria decorativa sobre la puerta es
de arcos de herradura. Otra caracteristica es el aparejo
a soga y asta, cuidando mucho de la talla y union de
piedras. Esto se continua en las mezquitas. Su estruc-
tura es maravillosa. Su base estâ en las basilicas que
usaban columnas como sustentante de las naves. En
todas las basilicas las naves van degradando de la
central a las latérales, y las aguas vierten de las mâs
altas a las mâs bajas. Pero en una mezquita de 11 naves
no podia pensarse en eso, pues la nave central hubiera
tenido una altura enorme. Fué necesario que cada nave
derramase sus aguas sin pasar sobre las otras, verifi-
cândolo por cabeza y pies del edificio. Esto obligé a
que los muros divisorios de la nave fueran muy gruesos,
como lo son, pues tienen un métro en la parte superior.
Pero como todo esto habia de ir sobre columnas, era
précisa una complicaciôn estructural que ampliara esta
base. Sobre los capiteles se colocaba un cimacio en forma
de tronco de pirâmide. Encima no iba el arco sino pi-
lares. Sobre ellos, el arco que cierra el edificio. Estos
pilares no son de una sola pieza, sino de sillares. Sobre
ellos hay una imposta sobre la que vuelan los arcos.
Para mayor seguridad se acodalô la obra por medio de
arcos de herradura. Esta estructura de arcos de entibo
es similar a la del Acueducto de los Milagros, de Mé-
rida. Como en este acueducto, los arcos estân también
constituidos por dovelas de piedra y otros formados por
varios ladrillos, alternando. Otro motivo de decoraciôn
son unos baquetones, prototipo no solo de los modillo-
nes arabes, sino de los cristianos o repisas. Los muros
exteriores se hallan reforzados por unos pilares muy
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cente y dos para terminarla — determinô el que la ma-
yor parte de sus elementos seau aprovechados. Los arcos
suponen una retractaciôn de lo visigôtico : aqui el arco
es semicircular peraltado. Los suplementarios son de
herradura. Éstos van ganando terreno y acaban por
imponerse. Una arqueria decorativa sobre la puerta es
de arcos de herradura. Otra caracteristica es el aparejo
a soga y asta, cuidando mucho de la talla y union de
piedras. Esto se continua en las mezquitas. Su estruc-
tura es maravillosa. Su base estâ en las basilicas que
usaban columnas como sustentante de las naves. En
todas las basilicas las naves van degradando de la
central a las latérales, y las aguas vierten de las mâs
altas a las mâs bajas. Pero en una mezquita de 11 naves
no podia pensarse en eso, pues la nave central hubiera
tenido una altura enorme. Fué necesario que cada nave
derramase sus aguas sin pasar sobre las otras, verifi-
cândolo por cabeza y pies del edificio. Esto obligé a
que los muros divisorios de la nave fueran muy gruesos,
como lo son, pues tienen un métro en la parte superior.
Pero como todo esto habia de ir sobre columnas, era
précisa una complicaciôn estructural que ampliara esta
base. Sobre los capiteles se colocaba un cimacio en forma
de tronco de pirâmide. Encima no iba el arco sino pi-
lares. Sobre ellos, el arco que cierra el edificio. Estos
pilares no son de una sola pieza, sino de sillares. Sobre
ellos hay una imposta sobre la que vuelan los arcos.
Para mayor seguridad se acodalô la obra por medio de
arcos de herradura. Esta estructura de arcos de entibo
es similar a la del Acueducto de los Milagros, de Mé-
rida. Como en este acueducto, los arcos estân también
constituidos por dovelas de piedra y otros formados por
varios ladrillos, alternando. Otro motivo de decoraciôn
son unos baquetones, prototipo no solo de los modillo-
nes arabes, sino de los cristianos o repisas. Los muros
exteriores se hallan reforzados por unos pilares muy