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Las arles industriales
vivienda, es decir, la casa, el palacio y el jardín, la iglesia y
la escuela, los edificios de corporaciones y los teatros, los
muebles y utensilios, las armas y piezas indumentarias, la
ornamentación y el libro, el vidrio y el barro.
Junto a la estructura artística y utilitaria de cada objeto
aislado precisa considerar la integración de todos ellos en
el arte de los interiores, que trata de prestar a nuestras
habitaciones una cierta unidad, tanto desde el punto de
vista artístico como en el técnico, uniformidad que no se
limita al conjunto sino que desciende hasta los detalles.
Como capítulos de este género de estudios figuran el arte
religioso y el de la vivienda, la jardinería y el arte popular.
Las materias propias de las industrias artísticas per-
tenecen a dos grandes grupos : el mundo inorgánico y
el orgánico. Corresponden al primero las piedras de infe-
rior categoría, las piedras preciosas y los metales (már-
mol y granito, sienita y serpentina, etc., piedras preciosas
y semipreciosas, metales nobles, platino, oro y plata, y
otros metales como cobre, hierro, estaño, plomo, zinc, etc.).
Pertenecen al mundo orgánico, la madera, las fibras tex-
tiles, las materias primas para la elaboración del papel,
el cuero, el marfil y el cuerno. Finalmente, las artes
industriales utilizan una gran cantidad de materias artifi-
ciales, entre las cuales pueden contarse las aleaciones
metálicas como el bronce, el latón, la alpaca y, además,
una gran variedad de tierras que se emplean para la
fabricación del cristal y para la cerámica artística.
La división de las artes industriales sigue esa misma
trayectoria. De una parte figuran los tejidos, muebles y
objetos análogos, confeccionados con materias orgánicas :
tales son, por ejemplo, las telas de nuestros vestidos, los
tapices, alfombras y colgaduras, así como las tapicerías de
los muebles. De otra parte figuran los productos del papel,
papeles estampados, libros, encuadernaciones, los tra-
bajos en cuero y otras materias análogas. A esto se agregan
los trabajos en madera, los muebles que empleamos para
nuestras habitaciones, como también otros muchos ob-
Las arles industriales
vivienda, es decir, la casa, el palacio y el jardín, la iglesia y
la escuela, los edificios de corporaciones y los teatros, los
muebles y utensilios, las armas y piezas indumentarias, la
ornamentación y el libro, el vidrio y el barro.
Junto a la estructura artística y utilitaria de cada objeto
aislado precisa considerar la integración de todos ellos en
el arte de los interiores, que trata de prestar a nuestras
habitaciones una cierta unidad, tanto desde el punto de
vista artístico como en el técnico, uniformidad que no se
limita al conjunto sino que desciende hasta los detalles.
Como capítulos de este género de estudios figuran el arte
religioso y el de la vivienda, la jardinería y el arte popular.
Las materias propias de las industrias artísticas per-
tenecen a dos grandes grupos : el mundo inorgánico y
el orgánico. Corresponden al primero las piedras de infe-
rior categoría, las piedras preciosas y los metales (már-
mol y granito, sienita y serpentina, etc., piedras preciosas
y semipreciosas, metales nobles, platino, oro y plata, y
otros metales como cobre, hierro, estaño, plomo, zinc, etc.).
Pertenecen al mundo orgánico, la madera, las fibras tex-
tiles, las materias primas para la elaboración del papel,
el cuero, el marfil y el cuerno. Finalmente, las artes
industriales utilizan una gran cantidad de materias artifi-
ciales, entre las cuales pueden contarse las aleaciones
metálicas como el bronce, el latón, la alpaca y, además,
una gran variedad de tierras que se emplean para la
fabricación del cristal y para la cerámica artística.
La división de las artes industriales sigue esa misma
trayectoria. De una parte figuran los tejidos, muebles y
objetos análogos, confeccionados con materias orgánicas :
tales son, por ejemplo, las telas de nuestros vestidos, los
tapices, alfombras y colgaduras, así como las tapicerías de
los muebles. De otra parte figuran los productos del papel,
papeles estampados, libros, encuadernaciones, los tra-
bajos en cuero y otras materias análogas. A esto se agregan
los trabajos en madera, los muebles que empleamos para
nuestras habitaciones, como también otros muchos ob-