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GEORG LEHNERT
Del mismo modo que las artes industriales de los
primeros tiempos del Cristianismo no estallan al ser-
vicio de los magnates de la tierra, sino de las personas
efectivamente pobres en riquezas terrenales, y así como
las artes industriales romanas de aquella época servían
únicamente para satisfacer a unos cuantos millares de
privilegiados, así sucedió también ahora. La creación
inmediata de las artes industriales de la Antigüedad,
es decir, las artes industriales bizantinas, se perpetúa
en las Cortes de la época de la invasión de los bárbaros.
A esta orientación bizantina, a este arte cortesano se
opone un arte popular, cuyas raíces penetran en ele-
mentos romanos antiguos, pero que, al contacto de las
influencias germánicas, adquieren una orientación cada
vez más acentuada en este sentido.
Dicha tendencia bizantina cultiva de un modo pre-
ferente el sector de los trabajos más ricos elaborados
con oro y piedras preciosas : el trabajo de aurífice con
incrustaciones de esmalte. Implántase esta orientación
con las maravillosas obras del siglo v, degenerando más
tarde su valor artístico de un modo paulatino, porque
este arte no puede recibir nuevos elementos vitales de
las naciones germánicas. La tendencia germánica, por
el contrario, se manifiesta en trabajos que son imita-
ciones poco afortunadas de productos de la decadencia
romana, reflejándose aquélla de un modo casi exclusivo
en el sector de los pequeños utensilios y de los metales
vulgares, pero su contenido artístico y su perfección
técnica aumentan a medida que el ideal germánico y
el concepto artístico de los pueblos del Norte van pro-
GEORG LEHNERT
Del mismo modo que las artes industriales de los
primeros tiempos del Cristianismo no estallan al ser-
vicio de los magnates de la tierra, sino de las personas
efectivamente pobres en riquezas terrenales, y así como
las artes industriales romanas de aquella época servían
únicamente para satisfacer a unos cuantos millares de
privilegiados, así sucedió también ahora. La creación
inmediata de las artes industriales de la Antigüedad,
es decir, las artes industriales bizantinas, se perpetúa
en las Cortes de la época de la invasión de los bárbaros.
A esta orientación bizantina, a este arte cortesano se
opone un arte popular, cuyas raíces penetran en ele-
mentos romanos antiguos, pero que, al contacto de las
influencias germánicas, adquieren una orientación cada
vez más acentuada en este sentido.
Dicha tendencia bizantina cultiva de un modo pre-
ferente el sector de los trabajos más ricos elaborados
con oro y piedras preciosas : el trabajo de aurífice con
incrustaciones de esmalte. Implántase esta orientación
con las maravillosas obras del siglo v, degenerando más
tarde su valor artístico de un modo paulatino, porque
este arte no puede recibir nuevos elementos vitales de
las naciones germánicas. La tendencia germánica, por
el contrario, se manifiesta en trabajos que son imita-
ciones poco afortunadas de productos de la decadencia
romana, reflejándose aquélla de un modo casi exclusivo
en el sector de los pequeños utensilios y de los metales
vulgares, pero su contenido artístico y su perfección
técnica aumentan a medida que el ideal germánico y
el concepto artístico de los pueblos del Norte van pro-