Y ESCULTORES ESPAÑOLES, 361
Inglaterra , para hacer el retrato de la princesa Doña María;
segunda muger que fue del Señor Felipe Segundo , por el
qual retrato recibid también un anillo de oro de gran precio,
V cien libras esterlinas anglicanas, ademas del salario anual
de otras cien libras esterlinas, que corresponde a quinientos
pesos de moneda castellana , por valer cinco pesos cada libra
esterlina. Y respecto de ser esta señora princesa de extremada
hermosura , hizo varias copias de este retrato, con las quales
regalo a diferentes magnates de aquel reyno, de quienes fue
remunerado superiormente; y entré otros regalo también con
una copia a el Cardenal GrambeÜ , y sirvió con otra á el
mismo Señor Emperador, el qual le mando dar por ella dos-
cientos Aorines de oro.
Ajustadas pues las paces entre España , y Francia , vol-
vió otra vez Antonio Moro a el servicio del Señor Felipe
Segundo , siendo muy bien visto , y estimado de toda la no-
bleza , donde hizo varios retratos, así de su Majestad , como
de muchos príncipes, y caballeros, de que fue muy bien re-
munerado ; y llegó a ser tan favorecido de su Magestad, que
usando con el de extraordinaria familiaridad , baxando a su
quarto , que tenia en palacio, a verle pintar, y poniéndole el
Rey la mano sobre el hombro algunas veces, le daba con el
tiento cariñosamente , para que no le embarazase : acción
verdaderamente peligrosa, quanto expresiva de singular hon-
ra , y llaneza , y mas en la seriedad de tan gran Rey ; lo
qual llegó a cstrañarse tanto , que pudo serle a Antonio su-
mamente dañosa esta familiaridad , si uno de los grandes Mi-
nistros de España , muy especial protector suyo , no le hu-
biese amparado contra los Ministros de la Inquisición , sos-
pechosos ya de que hubiese Antonio traído de Flandes al-
gún hechizo , para grangear la gracia del Rey , de suerte,
que faltó muy poco para ponerlo en la cárcel del Tribunal.
Y así amonestado secretamente, hubo de pedir licencia a su
Magestad pata ir á Bruselas, fingiendo otros motivos que le
forzaban á ello , y ofreciendo indubitable , y prontamente la
vuelta. Obtenida la licencia, y executada su partida , a pocos
dias era continuamente solicitado del Rey con repetidas car-
tas por lo mucho que apreciaba su habilidad, y persona : ex-
cusábase el siempre con profundo respeto , con el motivo de
los retratos que estaba executando dei Duque Albano, y sus
madamas. Entretanto el Rey usando de su grandeza , honró
con diferentes mercedes a sus hijos, como de canonicatos, y
otras semejantes; aunque también el Duque Albano á una
hija del dicho Antonio le dio las rentas de la aduana de
Amberes, para tomar estado, y pasar con grande esplendi-
dez , donde se retiró Antonio para vivir con mas libertad. Y
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Inglaterra , para hacer el retrato de la princesa Doña María;
segunda muger que fue del Señor Felipe Segundo , por el
qual retrato recibid también un anillo de oro de gran precio,
V cien libras esterlinas anglicanas, ademas del salario anual
de otras cien libras esterlinas, que corresponde a quinientos
pesos de moneda castellana , por valer cinco pesos cada libra
esterlina. Y respecto de ser esta señora princesa de extremada
hermosura , hizo varias copias de este retrato, con las quales
regalo a diferentes magnates de aquel reyno, de quienes fue
remunerado superiormente; y entré otros regalo también con
una copia a el Cardenal GrambeÜ , y sirvió con otra á el
mismo Señor Emperador, el qual le mando dar por ella dos-
cientos Aorines de oro.
Ajustadas pues las paces entre España , y Francia , vol-
vió otra vez Antonio Moro a el servicio del Señor Felipe
Segundo , siendo muy bien visto , y estimado de toda la no-
bleza , donde hizo varios retratos, así de su Majestad , como
de muchos príncipes, y caballeros, de que fue muy bien re-
munerado ; y llegó a ser tan favorecido de su Magestad, que
usando con el de extraordinaria familiaridad , baxando a su
quarto , que tenia en palacio, a verle pintar, y poniéndole el
Rey la mano sobre el hombro algunas veces, le daba con el
tiento cariñosamente , para que no le embarazase : acción
verdaderamente peligrosa, quanto expresiva de singular hon-
ra , y llaneza , y mas en la seriedad de tan gran Rey ; lo
qual llegó a cstrañarse tanto , que pudo serle a Antonio su-
mamente dañosa esta familiaridad , si uno de los grandes Mi-
nistros de España , muy especial protector suyo , no le hu-
biese amparado contra los Ministros de la Inquisición , sos-
pechosos ya de que hubiese Antonio traído de Flandes al-
gún hechizo , para grangear la gracia del Rey , de suerte,
que faltó muy poco para ponerlo en la cárcel del Tribunal.
Y así amonestado secretamente, hubo de pedir licencia a su
Magestad pata ir á Bruselas, fingiendo otros motivos que le
forzaban á ello , y ofreciendo indubitable , y prontamente la
vuelta. Obtenida la licencia, y executada su partida , a pocos
dias era continuamente solicitado del Rey con repetidas car-
tas por lo mucho que apreciaba su habilidad, y persona : ex-
cusábase el siempre con profundo respeto , con el motivo de
los retratos que estaba executando dei Duque Albano, y sus
madamas. Entretanto el Rey usando de su grandeza , honró
con diferentes mercedes a sus hijos, como de canonicatos, y
otras semejantes; aunque también el Duque Albano á una
hija del dicho Antonio le dio las rentas de la aduana de
Amberes, para tomar estado, y pasar con grande esplendi-
dez , donde se retiró Antonio para vivir con mas libertad. Y
Tcm. 77Z Zz ñl-
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