48o VIDAS DE LOS PINTORES, '
lineo de los dos referidos, aunque no he podido saber de
obra pública señalada suyapero si de algunas particulares,
hechas con superior excelencia. Murieron este, y Contreras po-
co después que Domingo de. la Rioja en esta villa de Madrid.
LXXXVIII.
^ A Spagnoleto.
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Abó A
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e'ínrAo.
^ oseph de Ribera, español, fue natural de Xativa en el
reyno de Valencia , bien que oriundo de Murcia, como lo
acredita el apellido de Ribera , que es castellano, y familia
muy-conocida por ilustre en estos reynos. Fue discípulo de
Francisco de Ribalta, insigne, pintor ; y habiendo aprove-
chado mucho en su escuela , pasó a Italia , donde estudio en
las eminentes obras de los antiguos, así de estatuas, como de
pinturas, y especialmente en la Academia Romana se seña-
lo tanto , que viendole tan muchacho , le llamaban A ág?¿qo--
de donde le quedo este renombre; y pasaba con tanta
miseria, que a fuerza de su industria , y las migajas de los di-
buxantes de la Academia, se mantenía, sin mas arrimo, ni
protección. Y estando un día dibuxando por una de aquellas
pinturas, que adornan las calles de Roma , le vid , y miro
con atención un Señor Cardenal, que casualmente pasaba en
su carroza ; y considerando con piadosa y noble reAexíon
aquella puerilidad , tan atenta á la especulación de sus dibu-
xos, y tan olvidada de la fortuna , que aun apenas tenia an-
drajos con que cubrir sus carnes, le llamo, y mando ir á su
casa , donde le vistió , y favoreció tanto , que ios regalos hi-
cieron en el lo que no pudo la necesidad, pues se iba vician-
do , y apartando del fin que le saco de su casa , y patria. Pe-
ro como en el era propensión , lo que en otros seria violen-
cia volvió en sí, y abandonando la casa , y conveniencias
que lograba , se fue sin despedirse , y se restituyo a su primer
modo de vivir, y de estudiar; y encontrándole tal vez el
Cardenal, afeóle la acción , y el mal termino, motejándole
de ingrato , y desconocido Pero satisfecho de la
pureza de su intención , le alabó virtuoso, y le admiró pere-
grino ; pues prefería los intereses de su estudio , á las como-
didades de su casa , y ofrecióle de nuevo su protección , que
siempre agradeció con palabras , y nunca admitió con obras.
Aplicóse mucho a la escuela del Carabagio, y consiguió
aqueila valiente manera de claro , y obscuro, en que iba ca-
da día adelantando , con la repetida imitación del natural : y
considerando que en Roma tendría muchos competidores, y
me-
lineo de los dos referidos, aunque no he podido saber de
obra pública señalada suyapero si de algunas particulares,
hechas con superior excelencia. Murieron este, y Contreras po-
co después que Domingo de. la Rioja en esta villa de Madrid.
LXXXVIII.
^ A Spagnoleto.
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^ oseph de Ribera, español, fue natural de Xativa en el
reyno de Valencia , bien que oriundo de Murcia, como lo
acredita el apellido de Ribera , que es castellano, y familia
muy-conocida por ilustre en estos reynos. Fue discípulo de
Francisco de Ribalta, insigne, pintor ; y habiendo aprove-
chado mucho en su escuela , pasó a Italia , donde estudio en
las eminentes obras de los antiguos, así de estatuas, como de
pinturas, y especialmente en la Academia Romana se seña-
lo tanto , que viendole tan muchacho , le llamaban A ág?¿qo--
de donde le quedo este renombre; y pasaba con tanta
miseria, que a fuerza de su industria , y las migajas de los di-
buxantes de la Academia, se mantenía, sin mas arrimo, ni
protección. Y estando un día dibuxando por una de aquellas
pinturas, que adornan las calles de Roma , le vid , y miro
con atención un Señor Cardenal, que casualmente pasaba en
su carroza ; y considerando con piadosa y noble reAexíon
aquella puerilidad , tan atenta á la especulación de sus dibu-
xos, y tan olvidada de la fortuna , que aun apenas tenia an-
drajos con que cubrir sus carnes, le llamo, y mando ir á su
casa , donde le vistió , y favoreció tanto , que ios regalos hi-
cieron en el lo que no pudo la necesidad, pues se iba vician-
do , y apartando del fin que le saco de su casa , y patria. Pe-
ro como en el era propensión , lo que en otros seria violen-
cia volvió en sí, y abandonando la casa , y conveniencias
que lograba , se fue sin despedirse , y se restituyo a su primer
modo de vivir, y de estudiar; y encontrándole tal vez el
Cardenal, afeóle la acción , y el mal termino, motejándole
de ingrato , y desconocido Pero satisfecho de la
pureza de su intención , le alabó virtuoso, y le admiró pere-
grino ; pues prefería los intereses de su estudio , á las como-
didades de su casa , y ofrecióle de nuevo su protección , que
siempre agradeció con palabras , y nunca admitió con obras.
Aplicóse mucho a la escuela del Carabagio, y consiguió
aqueila valiente manera de claro , y obscuro, en que iba ca-
da día adelantando , con la repetida imitación del natural : y
considerando que en Roma tendría muchos competidores, y
me-