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Jędrzej Kotarski
La tercera película de esa época, Orf en Negro (1958) de Marcel Camus,
presenta una imagen completamente diferente. Fue la primera producción bra-
sileña que tuvo un gran éxito mundial y ha llegado a ser una de las películas
brasileño-francesas más reconocidas y populares hasta el día de hoy21. Ganó
muchos premios internacionales, entre otros, el Óscar y la Palma de Oro en
Cannes. La película alude al mito griego y cuenta la historia del amor entre un
conductor de tranvía negro y una inmigrante blanca que llega a Río durante el
carnaval. La imagen de la vida en favela presentada en esta producción no tiene
mucho que ver con la realidad. Es una visión paternalista e ingenua, que mue-
stra la realidad y los problemas socio-económicos de los habitantes de modo
muy lejano de la verdad. A pesar de ello, esa imagen idílica de la favela fue re-
cibida con mucho gusto por el público, sobre todo el internacional, y a lo largo
de los años fue una de las películas brasileñas más vistas en el mundo. En el Or-
feo Negro Marcel Camus traslada el mito de Orfeo y Eurídice al ambiente del
carnaval brasileño de Río de los años 60 del siglo XX. Los protagonistas viven
en un mundo irreal, feliz y lleno de alegría.
Los críticos extranjeros subrayaban sobre todo la belleza de fotografías, la
perfección de fotogramas y de la música. La película fue hecha en la conven-
ción del neorrealismo. Fue una obra en tanto excepcional que por un lado cla-
ramente aludía a los moldes europeos, y por el otro fue realizada en el contexto
sudamericano - y no en el estudio - lo que resultó ser un gran descubrimiento
para el público internacional. Entre los actores había casi sólo los negros afi-
cionados (los papeles principales los desempeñaron Marpessa Dawn y Breno
Mello). La acción se desarrollaba en el ambiente de la calle tumultuosa, refle-
jando la excepcionalidad de la vida en una ciudad brasileña. La película fue in-
justamente acusada de revolucionaria porque participaron en ella los negros
aficionados y no actores profesionales. Fue una novedad sobre todo para el
público brasileño, acostumbrado al cine de poca calidad hecho al modelo de las
producciones de Hollywood. Una impresión de autenticidad y frescura de esa
imagen surgía también de la excelente fotografía y la música extraordinaria,
creada por los compositores de samba más famosos en el país, Luis Bonfi y An-
tonio Carlos Jobim. La Mujer de Ipanema (cuyo prototipo era una mujer blan-
ca de clase alta y no una negra) llegó a ser un éxito durante muchos años. En
Brasil la película era muy criticada por presentar el país como un lugar exóti-
co de eterna diversión, soslayando los problemas contra los cuales en aquel en-
tonces se estaba luchando, es decir las crecientes diferencias sociales. La ac-
ción se desarrolla en la época del carnaval y muestra a un conductor de tranvía
y una joven inmigrante que juntos atraviesan la ciudad. El Estigia mítico fue
21 Nagib 2003.
Jędrzej Kotarski
La tercera película de esa época, Orf en Negro (1958) de Marcel Camus,
presenta una imagen completamente diferente. Fue la primera producción bra-
sileña que tuvo un gran éxito mundial y ha llegado a ser una de las películas
brasileño-francesas más reconocidas y populares hasta el día de hoy21. Ganó
muchos premios internacionales, entre otros, el Óscar y la Palma de Oro en
Cannes. La película alude al mito griego y cuenta la historia del amor entre un
conductor de tranvía negro y una inmigrante blanca que llega a Río durante el
carnaval. La imagen de la vida en favela presentada en esta producción no tiene
mucho que ver con la realidad. Es una visión paternalista e ingenua, que mue-
stra la realidad y los problemas socio-económicos de los habitantes de modo
muy lejano de la verdad. A pesar de ello, esa imagen idílica de la favela fue re-
cibida con mucho gusto por el público, sobre todo el internacional, y a lo largo
de los años fue una de las películas brasileñas más vistas en el mundo. En el Or-
feo Negro Marcel Camus traslada el mito de Orfeo y Eurídice al ambiente del
carnaval brasileño de Río de los años 60 del siglo XX. Los protagonistas viven
en un mundo irreal, feliz y lleno de alegría.
Los críticos extranjeros subrayaban sobre todo la belleza de fotografías, la
perfección de fotogramas y de la música. La película fue hecha en la conven-
ción del neorrealismo. Fue una obra en tanto excepcional que por un lado cla-
ramente aludía a los moldes europeos, y por el otro fue realizada en el contexto
sudamericano - y no en el estudio - lo que resultó ser un gran descubrimiento
para el público internacional. Entre los actores había casi sólo los negros afi-
cionados (los papeles principales los desempeñaron Marpessa Dawn y Breno
Mello). La acción se desarrollaba en el ambiente de la calle tumultuosa, refle-
jando la excepcionalidad de la vida en una ciudad brasileña. La película fue in-
justamente acusada de revolucionaria porque participaron en ella los negros
aficionados y no actores profesionales. Fue una novedad sobre todo para el
público brasileño, acostumbrado al cine de poca calidad hecho al modelo de las
producciones de Hollywood. Una impresión de autenticidad y frescura de esa
imagen surgía también de la excelente fotografía y la música extraordinaria,
creada por los compositores de samba más famosos en el país, Luis Bonfi y An-
tonio Carlos Jobim. La Mujer de Ipanema (cuyo prototipo era una mujer blan-
ca de clase alta y no una negra) llegó a ser un éxito durante muchos años. En
Brasil la película era muy criticada por presentar el país como un lugar exóti-
co de eterna diversión, soslayando los problemas contra los cuales en aquel en-
tonces se estaba luchando, es decir las crecientes diferencias sociales. La ac-
ción se desarrolla en la época del carnaval y muestra a un conductor de tranvía
y una joven inmigrante que juntos atraviesan la ciudad. El Estigia mítico fue
21 Nagib 2003.