Las representaciones femeninas
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entre muchas investigaciones podemos mencionar a Oliveros, Galván, Schón-
dube, Galván, Cabrero, López, Olay, Mountjoy, López Mesías y Ramos, Barre-
ra y López Mestas.2
El periodo que aborda el presente trabajo, comprende al Preclásico Tar-
dío (400 a.C. a 200 d.C.) y Clásico (200 a 900 d.C.), específicamente durante el
desarrollo de la tradición conocida como Tumbas de Tiro entre 200 a.C. al 400
d.C.; desarrollo cultural mayormente difundido para la región.
Dentro de este periodo se conocen sitios como Teuchitlán, Santa Quita-
ría, Santa Rosalía en Jalisco; la Campana y Cómala en Colima; los Toriles en
Nayarit; Loma Alta y Tres Cerritos en Michoacán. Lugares de cohesión, don-
de se realizan ritos y ceremonias pero sin llegar a ser centros rectores. A pesar
de la existencia de estos sitios, el asentamiento aldeano parece ser lo que im-
pera, caracterizado por unidades dispersas cerca de áreas cultivables y a decir
de Schóndube3 el entorno ecológico era formado por pequeños nichos con gran
variedad de recursos pero en cantidades limitadas y teniendo una relación de
“buen vecino” al compartir zonas comunales de recolección (Schóndube comu-
nicación personal). Es así que la forma de régimen en la que se agrupaban se ha
denominado como de “Señoríos Complejos” o “Cacicazgos Complejos”; es de-
cir las relaciones eran dadas dentro de un grupo de personas por vínculos per-
sonales, familiares o por tenencia de la tierra.4
La producción plástica se refleja en una creación libre y espontánea de los
artesanos, justificada a partir de la manera dispersa de los asentamientos, que,
sin la influencia ni normas que impondría un centro rector permite a cada artífi-
ce imprimir su sello particular a las piezas sin dejar las características que dis-
tinguen a cada estilo figurativo, de ahí uno de los encantos que influyeron en el
gusto de los coleccionistas e impulso a saqueadores para buscar los contextos
de tumbas destruyéndolos en su afán de vender piezas únicas.
En Colima, Jalisco y Nayarit; principal región donde se ubica la tradi-
ción de las Tumbas de Tiro,5 se modelaron una gran cantidad de figuras hue-
cas y solidas las cuales eran colocadas como ofrendas dentro de las Tumbas de
Tiro; personajes en varias actitudes, como impresiones de las diferentes labo-
res cotidianas y litúrgicas que desempeñaban, acompañados en conjunción con
2 Oliveros 1970, 1974; Galván 1976; Schóndube, Galván 1978; Galván 1991; Cabrero
1992; Cabrero y López 1993; Olay 1993, 2011; Mountjoy s.f.; López Mestas y Ramos 1995;
Barrera 2008 y López Mestas 2010.
3 Schóndube 2006.
4 López Mestas y Ramos 2006.
5 Es importante destacar que en las periferias de esta área se han localizado este tipo de sepul-
tura en el actual estado de Zacatecas y Michoacán.
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entre muchas investigaciones podemos mencionar a Oliveros, Galván, Schón-
dube, Galván, Cabrero, López, Olay, Mountjoy, López Mesías y Ramos, Barre-
ra y López Mestas.2
El periodo que aborda el presente trabajo, comprende al Preclásico Tar-
dío (400 a.C. a 200 d.C.) y Clásico (200 a 900 d.C.), específicamente durante el
desarrollo de la tradición conocida como Tumbas de Tiro entre 200 a.C. al 400
d.C.; desarrollo cultural mayormente difundido para la región.
Dentro de este periodo se conocen sitios como Teuchitlán, Santa Quita-
ría, Santa Rosalía en Jalisco; la Campana y Cómala en Colima; los Toriles en
Nayarit; Loma Alta y Tres Cerritos en Michoacán. Lugares de cohesión, don-
de se realizan ritos y ceremonias pero sin llegar a ser centros rectores. A pesar
de la existencia de estos sitios, el asentamiento aldeano parece ser lo que im-
pera, caracterizado por unidades dispersas cerca de áreas cultivables y a decir
de Schóndube3 el entorno ecológico era formado por pequeños nichos con gran
variedad de recursos pero en cantidades limitadas y teniendo una relación de
“buen vecino” al compartir zonas comunales de recolección (Schóndube comu-
nicación personal). Es así que la forma de régimen en la que se agrupaban se ha
denominado como de “Señoríos Complejos” o “Cacicazgos Complejos”; es de-
cir las relaciones eran dadas dentro de un grupo de personas por vínculos per-
sonales, familiares o por tenencia de la tierra.4
La producción plástica se refleja en una creación libre y espontánea de los
artesanos, justificada a partir de la manera dispersa de los asentamientos, que,
sin la influencia ni normas que impondría un centro rector permite a cada artífi-
ce imprimir su sello particular a las piezas sin dejar las características que dis-
tinguen a cada estilo figurativo, de ahí uno de los encantos que influyeron en el
gusto de los coleccionistas e impulso a saqueadores para buscar los contextos
de tumbas destruyéndolos en su afán de vender piezas únicas.
En Colima, Jalisco y Nayarit; principal región donde se ubica la tradi-
ción de las Tumbas de Tiro,5 se modelaron una gran cantidad de figuras hue-
cas y solidas las cuales eran colocadas como ofrendas dentro de las Tumbas de
Tiro; personajes en varias actitudes, como impresiones de las diferentes labo-
res cotidianas y litúrgicas que desempeñaban, acompañados en conjunción con
2 Oliveros 1970, 1974; Galván 1976; Schóndube, Galván 1978; Galván 1991; Cabrero
1992; Cabrero y López 1993; Olay 1993, 2011; Mountjoy s.f.; López Mestas y Ramos 1995;
Barrera 2008 y López Mestas 2010.
3 Schóndube 2006.
4 López Mestas y Ramos 2006.
5 Es importante destacar que en las periferias de esta área se han localizado este tipo de sepul-
tura en el actual estado de Zacatecas y Michoacán.