Arte y comunismo en la Argentina en la primera mitad del siglo XX
71
El arte concreto exalta la vida, porque la practica. El arte de acción gene-
ra voluntad de acción. Que un poema o una pintura no sirvan para justi-
ficar una renuncia a la acción, sino que, al contrario, contribuyan a situar
al hombre en el mundo.30
Los artistas de la AACI conciben a su arte como un poderoso instrumen-
to que le permite al hombre desplegar su esencia y desarrollar sus capacidades
creadoras, incluso en un mundo alienado, de ahí que en sus manifiestos asegu-
ran que el arte concreto afirma el poder humano sobre el mundo y constituye
“uno de los más efectivos lubricantes de la tensión revolucionaria de la Huma-
nidad”.31
Como puede notarse, al humanismo pedagógico y anti-abstracto del hom-
bre multitud postulado por Bemi en su Nuevo Realismo, que busca concien-
tizar al proletariado sobre su situación de explotación dentro del sistema ca-
pitalista, los artistas concretos contraponen un humanismo basado en una fe
ilimitada en la capacidad práctica del hombre, potenciada por la invención y
creación de nuevos hechos estéticos.
Esta reivindicación del arte concreto como arte realista y humanista se pu-
blica en Orientación, donde se da a conocer un texto con la propuesta de los
concretos y sus diferencias con el arte representativo. En ese escrito la repre-
sentación se define como “el trasunto espiritual de las organizaciones sociales
clasistas” y se afirma que:
El arte concreto es realista, esto es, si resiste a que sus obras constitu-
yan signos; es objetivo, inventivo y humanista y, lejos de complacerse en
individualismos melancólicos, hermetismos o simbolismos misteriosos,
afirma la necesidad de un arte colectivo y despojado de toda representa-
ción evidente o secreta.32
Desde su afiliación, los artistas concretos ocupan un lugar visible pero no
hegemónico dentro de la plástica comunista. La presencia de otros artistas y de
otras estéticas en las páginas de Orientación es notoria en las notas de y sobre
artistas y en las ilustraciones y reproducciones de obras, en las cuales hallamos
los nombres de Bemi, Castagnino, Cándido Portinari, Víctor Rebuffo, Kantor,
Raúl Monsegur, Susana Ratto, Alicia Pérez Penalba, Orlando Pierri, Andrés
Calíbrese y Norberto Berdía, entre otros.
En referencia a esta situación, Espinosa señala el lugar privilegiado que
ocupaban en el Partido los integrantes del Taller de Arte Mural:
30 Maldonado 1997: 40.
31 Maldonado 1997: 35.
32 Orientación 1946a.
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El arte concreto exalta la vida, porque la practica. El arte de acción gene-
ra voluntad de acción. Que un poema o una pintura no sirvan para justi-
ficar una renuncia a la acción, sino que, al contrario, contribuyan a situar
al hombre en el mundo.30
Los artistas de la AACI conciben a su arte como un poderoso instrumen-
to que le permite al hombre desplegar su esencia y desarrollar sus capacidades
creadoras, incluso en un mundo alienado, de ahí que en sus manifiestos asegu-
ran que el arte concreto afirma el poder humano sobre el mundo y constituye
“uno de los más efectivos lubricantes de la tensión revolucionaria de la Huma-
nidad”.31
Como puede notarse, al humanismo pedagógico y anti-abstracto del hom-
bre multitud postulado por Bemi en su Nuevo Realismo, que busca concien-
tizar al proletariado sobre su situación de explotación dentro del sistema ca-
pitalista, los artistas concretos contraponen un humanismo basado en una fe
ilimitada en la capacidad práctica del hombre, potenciada por la invención y
creación de nuevos hechos estéticos.
Esta reivindicación del arte concreto como arte realista y humanista se pu-
blica en Orientación, donde se da a conocer un texto con la propuesta de los
concretos y sus diferencias con el arte representativo. En ese escrito la repre-
sentación se define como “el trasunto espiritual de las organizaciones sociales
clasistas” y se afirma que:
El arte concreto es realista, esto es, si resiste a que sus obras constitu-
yan signos; es objetivo, inventivo y humanista y, lejos de complacerse en
individualismos melancólicos, hermetismos o simbolismos misteriosos,
afirma la necesidad de un arte colectivo y despojado de toda representa-
ción evidente o secreta.32
Desde su afiliación, los artistas concretos ocupan un lugar visible pero no
hegemónico dentro de la plástica comunista. La presencia de otros artistas y de
otras estéticas en las páginas de Orientación es notoria en las notas de y sobre
artistas y en las ilustraciones y reproducciones de obras, en las cuales hallamos
los nombres de Bemi, Castagnino, Cándido Portinari, Víctor Rebuffo, Kantor,
Raúl Monsegur, Susana Ratto, Alicia Pérez Penalba, Orlando Pierri, Andrés
Calíbrese y Norberto Berdía, entre otros.
En referencia a esta situación, Espinosa señala el lugar privilegiado que
ocupaban en el Partido los integrantes del Taller de Arte Mural:
30 Maldonado 1997: 40.
31 Maldonado 1997: 35.
32 Orientación 1946a.