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Fernando Davis

revista por dar visibilidad a las producciones de avanzada de la escena piálense
y, al mismo tiempo, difundir una serie de prácticas internacionales, de las que
las redes de revistas fueron su plataforma de intercambio y circulación. Si Dia-
gonal Cero presentaba como uno de sus objetivos prioritarios “la transcripción
de testimonios de nuestro acervo local”,6 esta exigencia estuvo muy lejos de li-
mitar el programa de la publicación a la mera difusión de las producciones de
la ciudad. En el primer editorial de la revista, en 1962, en un condensado ma-
nifiesto o declaración de intenciones, Vigo evocaba a la ciudad de La Plata -
conocida coloquialmente como “la ciudad de las diagonales”- en la imagen de
un centro “descentrado”, de un territorio gravitacional deslocalizado. Diagonal
Cero anunciaba la inauguración de una escena artística y la abría a sus despla-
zamientos diagonales:
Estamos en la DIAGONAL CERO, en el centro de la cuestión, observan-
do a nuestros observadores, atrayéndonos y dejándonos atraer.
Estamos en la DIAGONAL CERO, que no es estar ni ser centro. Somos
contradictorios. Contradicción equivalente a libertad expresiva. Estamos
en la DIAGONAL CERO de lo contemporáneo, estamos en una ciudad
identificable y en un comienzo.7
Diagonal Cero salió de manera trimestral hasta comienzos de 1969, con
28 números publicados, con excepción del 25, dedicado “a la nada”. Contó ade-
más con “representantes” en otros países, que fueron incorporándose como co-
laboradores desde 1965: Miguel Ángel Fernández en Paraguay, Jorge Casterán
en Uruguay, Francisco Coello V. en Ecuador y Deisler en Chile. En cada núme-
ro se anunciaba: “Deseamos el canje con todas las publicaciones de tipo simi-
lar”. También a partir de 1965 Vigo incorporó una lista de revistas de poesía,
acompañadas de su dirección postal, publicaciones nacionales entre las que se
encontraban Eco Contemporáneo o Cuadernos de poesía, dirigidas, respectiva-
mente, por Miguel Grinberg8 y por Alfredo Andrés y Daniel Barros, y extran-
jeras, como El Corno Emplumado, editada por el poeta mexicano Sergio Mon-
dragon y la poeta beatnik estadounidense Margaret Randall. El ritmo de estos
intercambios definió asimismo la circulación en la revista de una serie de de-
bates que formaban parte de las apuestas intelectuales y políticas de la déca-
da. En 1964 Vigo reprodujo, en el lugar del editorial de Diagonal Cero, la de-
claración del “Primer Encuentro Americano de Poetas - Movimiento ‘Nueva
Solidaridad’” de México que ese mismo año había sido publicada en El Corno
6 Diagonal Cero 1963b.
7 Diagonal Cero 1962a. Las mayúsculas pertenecen al original.
8 En 1963, Vigo incluyó en el número 5-6 de Diagonal Cero (en la sección “Fragmentos de
libros y revistas”) un extracto de las “Cartas a la Beat Generation” de Grinberg, publicadas en:
Eco Contemporáneo n.4.
 
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