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ARTE PE LA PINTURA.
pues de seca, se puede doblar , dándole otra mano
con un poco de más cuerpo y menos aceite de lina-
i ¡b. ¿2, cnp. 22. za. Y estando bien seca y pasándole un papel áspe-
ro, se podrá pintar en ella. Otras disposiciones es-
cribe el Vasari y otros para aparejar el muro ó pa-
red en que se pinta ; pero esto baste, como menos
prolijo, con que pasaremos adelante.
Apwjo de tas ta- Las tablas en que se suele pintar á olio (de borne
ó cedro) después de enervadas ó encañamadas por
detrás las juntas, se les da una giscola de guantes
con sus ajos, no muy fuerte, y templando su yeso
grueso, vivo y cernido se le dan tres ó cuatro ma-
nos, aguardando á que se seque cada una, y plas-
teciendo los hoyos se templa el mate, no muy fuer-
te, con que se le dan otras cinco ó seis manos, de
manera que tenga cuerpo ; y después de bien seco
se lija y roe muy bien con un cuchillo agudo y
parejo de ñlos, hasta que quede como una lámina:
y con albayalde y sombra de Italia se hace un color
no muy oscuro y con harto aceite de linaza, molida
y templada la imprimación , con una brocha gran-
de, cortada y blanda, se da todo el tablero de una
mano igualmente ; y después de seco, pasándole un
papel, se debuja y pinta.
La invención de pintar á óleo sobre lienzo fue
muy útil, por el riesgo que tienen de abrirse las ta-
blas, y por la ligereza y comodidad de poderse lie-
Aparejo <ic i..s ^ar la pintura á diversas provincias, y muy grandes
ücuns. lienzos se aseguran de la humedad estirados, y cla-
vados sobre tablas gruesas, donde se conservan
muchos. Varios modos suelen usar los pintores en
el aparejo de los lienzos, según los lugares en que
ARTE PE LA PINTURA.
pues de seca, se puede doblar , dándole otra mano
con un poco de más cuerpo y menos aceite de lina-
i ¡b. ¿2, cnp. 22. za. Y estando bien seca y pasándole un papel áspe-
ro, se podrá pintar en ella. Otras disposiciones es-
cribe el Vasari y otros para aparejar el muro ó pa-
red en que se pinta ; pero esto baste, como menos
prolijo, con que pasaremos adelante.
Apwjo de tas ta- Las tablas en que se suele pintar á olio (de borne
ó cedro) después de enervadas ó encañamadas por
detrás las juntas, se les da una giscola de guantes
con sus ajos, no muy fuerte, y templando su yeso
grueso, vivo y cernido se le dan tres ó cuatro ma-
nos, aguardando á que se seque cada una, y plas-
teciendo los hoyos se templa el mate, no muy fuer-
te, con que se le dan otras cinco ó seis manos, de
manera que tenga cuerpo ; y después de bien seco
se lija y roe muy bien con un cuchillo agudo y
parejo de ñlos, hasta que quede como una lámina:
y con albayalde y sombra de Italia se hace un color
no muy oscuro y con harto aceite de linaza, molida
y templada la imprimación , con una brocha gran-
de, cortada y blanda, se da todo el tablero de una
mano igualmente ; y después de seco, pasándole un
papel, se debuja y pinta.
La invención de pintar á óleo sobre lienzo fue
muy útil, por el riesgo que tienen de abrirse las ta-
blas, y por la ligereza y comodidad de poderse lie-
Aparejo <ic i..s ^ar la pintura á diversas provincias, y muy grandes
ücuns. lienzos se aseguran de la humedad estirados, y cla-
vados sobre tablas gruesas, donde se conservan
muchos. Varios modos suelen usar los pintores en
el aparejo de los lienzos, según los lugares en que