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LIBRO SEGUNDO,

sgx
veía caer la sangre, y los cuerpos muertos. Y en el discurso de la batalla, una
aguda real, desprendiéndose de una alta roca , cubria con sus alas el exercito leo-
nes. Y acabado el certamen , quedo el león resplandeciente entre sus huestes,
sin quedar mas vestigios en el del oso, que los miserables cadáveres postrados:
a cuyo espectáculo asistían unos venerables ancianos. Concluida la batalla, redu-
xo el león su exercito hacia el ocaso. Y después de un breve espacio, un caba-
llero sobre un hermoso caballo blanco , y ricamente aderezado , vino del exercito
a el sitio de la batalla, y puso sobre el caballo a un hermoso y bien armado
mancebo que allí estaba; y caminando acompañado hacia el oriente, se desva-
neció con todas las demas especies 1.
También en la Helvecia, el año de 1478 , en varios lugares se vieron en
el cielo esquadrones peleando con intrépido furor 3 y después de algunos dias,
se vieron en el ayre cruces de diferentes géneros, y globos de fuego, que ca-
yendo en la tierra a vista de muchos, dexaron en ella vestigios bastantes para
testimonio de esta verdad 2.
Estos y otros semejantes meteoros y cometas de diferentes formas se han vis-
to en todos tiempos, ios quales, dexando en su fuerza los ocultos fines de la di-
vina providencia , nos califican el intento de ser la misma naturaleza émula del
arte de las imágenes (^).
§. Té.
ero no solo émula sino maestra se puede y debe llamar del arte de la Pin-
tura la ingeniosa naturaleza : pues si atendemos a la constitución de nuestra vis-
ta, y la de todos los vivientes sensitivos , veremos que en una de las telas o tú-
nicas de que se organizan los ojos que llaman la retina, se imprimen las imáge-
nes de los objetos para que el sentido forme el acto de visión 3 , sin omitir las
ideas y caprichos que en las ilusiones del sueño representa en la fantasía , tan
artificiosa, y á el parecer realmente , que parece verdad, como cada uno 1 o ex-
perimenta.
Pero aun no es esto solo en lo que mas acredita su pericia esta gran maes-
tra ; pues para calificar esta indubitable verdad, se experimenta en un aposento
obscuro, donde , haciendo un pequeño agujero en el tablero de una ventana , es-
tando todo cerrado , en el discurso del día, poniendo un papel, ú otra superficie
blanca en Rente del agujero, se representan en él con suficiente distinción las
imágenes de todas las cosas que a la otra parte le son opuestas, aunque inversas
las figuras, por la intersecacion que las líneas radiales forman en el agujero. Y si
en este se pusiere un cristalico convexo, d a manera de lenteja como una uña,
asegurado con cera u otra cosa; d un cristal de anteojos de grados , se ven las fi-
guras con mucha mas distinción y perfección en el color y la forma , tanto , que
el mas delicado pincel no las executara mas definidas.
Y

I Z¿>Z6?27W.
3 Jáfí?772,Z%zJi?V3,fSp. 3.
(*) Omniadeiineamentisprimum describun-
tur,deindé colores recipiunt, & ir.oHüem,&
duritiem, quasi pictori.s cilicio natura cmn con-

dit & creat. ^rz'ncfp/. 3. ^ 3.
3 Visio dt per moaum picturx in retina ocu-
li. Gajp. Vccí. ycczeO Jey. z% íwy. /z'%. tp.
"tP- 4- 3*
 
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