der bien los escorzos, violentan de suerte los miembros, que
mas parece quieren que estos obedezcan a su antojo , que su-
jetarse ellos a las leyes que les prescribió su naturaleza.
También ha de advertir el principiante, que fuera del
juego de las coyunturas, le tiene también el cuerpo humano
en dos partes, que son el pescuezo y la cintura : porque de
los veinte y quatro huesos que componen el espinazo , los
siete que ocupan la parte del cuello son movibles, y tie-
nen juego mas hacia adelante que hacia atras. Los doce si-
guientes que ocupan las costillas no tienen juego , sino so-
lo alguna mediana Aexíon. Los otros cinco , de alli hasta el
hueso sacro, son los que tienen mas juego; pero mas hacia
adelante que hacia atras, y algo hacia los lados.
§ III.
JL uera de esto, ^ üe advertir también , que las veinte y
quatro costillas no todas son enteras, y Armes , sino solo las
siete primeras de cada lado , comenzando desde arriba , que
teniendo su nacimiento en la espina , cierran , y termi-
nan en el hueso del pecho ; pero las otras cinco las lla-
man falsas , porque no llegan a cerrar en el hueso del pe-
cho , sino se van retrayendo cada una dos dedos mas atras
que la otra ; y levantando en la punta una ternilla tortuosa,
se pegan con la antecedente. Y respecto de que los nombreá
de algunos huesos son poco conocidos , se hallaran sus sig-
niAcados en las dos laminas y. y 6. de los esqueletos, ó ana-
tomía de los huesos. Y para lograr el intento, de que el prin-
cipiante pueda tener fácilmente en la memoria el numero y
distribución de ellos, pondremos aqui la octava de nuestro
Juan de Arfe, porque no me parece se puede hacer mas con-
cisa, y a el intento ; que aunque mi genio no se ha mostrado
esquivo con las musas, también es verdad que lo he excusa-
do siempre que he/podido por no estar de el bien satisfecho.
OCTAVA.
DE LA ANATOMIA DE LOS HUESOS DEL CUERPO HUMANO.
: U CU , . " i.' '' ''
CA7A0 y ¿Aa, a A A a AfTzAAa,
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mas parece quieren que estos obedezcan a su antojo , que su-
jetarse ellos a las leyes que les prescribió su naturaleza.
También ha de advertir el principiante, que fuera del
juego de las coyunturas, le tiene también el cuerpo humano
en dos partes, que son el pescuezo y la cintura : porque de
los veinte y quatro huesos que componen el espinazo , los
siete que ocupan la parte del cuello son movibles, y tie-
nen juego mas hacia adelante que hacia atras. Los doce si-
guientes que ocupan las costillas no tienen juego , sino so-
lo alguna mediana Aexíon. Los otros cinco , de alli hasta el
hueso sacro, son los que tienen mas juego; pero mas hacia
adelante que hacia atras, y algo hacia los lados.
§ III.
JL uera de esto, ^ üe advertir también , que las veinte y
quatro costillas no todas son enteras, y Armes , sino solo las
siete primeras de cada lado , comenzando desde arriba , que
teniendo su nacimiento en la espina , cierran , y termi-
nan en el hueso del pecho ; pero las otras cinco las lla-
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cho , sino se van retrayendo cada una dos dedos mas atras
que la otra ; y levantando en la punta una ternilla tortuosa,
se pegan con la antecedente. Y respecto de que los nombreá
de algunos huesos son poco conocidos , se hallaran sus sig-
niAcados en las dos laminas y. y 6. de los esqueletos, ó ana-
tomía de los huesos. Y para lograr el intento, de que el prin-
cipiante pueda tener fácilmente en la memoria el numero y
distribución de ellos, pondremos aqui la octava de nuestro
Juan de Arfe, porque no me parece se puede hacer mas con-
cisa, y a el intento ; que aunque mi genio no se ha mostrado
esquivo con las musas, también es verdad que lo he excusa-
do siempre que he/podido por no estar de el bien satisfecho.
OCTAVA.
DE LA ANATOMIA DE LOS HUESOS DEL CUERPO HUMANO.
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