LAS FLORES EN LOS CÓDICES INDÍGENAS DE MÉXICO 73
Además de ello, de acuerdo con Durán””, el uso de ciertas flores estaba re-
servado para los pipiltin. Entre las especies de flores del uso exclusivo de la no-
bleza, Doris Heyden** enumera las siguientes: huacalxochitl, cozticcoa tzonte-
coxochitl, totec y xochiuh, nopal xochicuezaltic, cacaloxoxochitl, tizaxochitl,
tlapalticcacaloxochitl. Por otro lado, la misma autora, después de analizar las
figurillas de barro encontradas en Teotihuacan, propone que cierto tipo de toca-
do de flores podía ser una señal de pertenecer a una dinastía determinada o a un
instrumento gubernamental”. La misma idea estaba presente también entre los
mayas: las ornamentaciones floridas constituyen uno de los motivos más fre-
cuentes en las representaciones de la nobleza maya”. Los mayas, al parecer,
consideraban las flores unos objetos divinos que podían trasmitir el poder sa-
grado de los ancestros a sus descendientes, por lo cual los adornos floridos se
ponían, entre otros, durante la intronización de un gobernante nuevo”'. Una
práctica parecida podía darse también entre los nahuas como lo sugieren algu-
nas de las entradas del diccionario de Molina: teocuitla icpac xuchitia.nite: “co-
ronar al rey”, teocuitla icpac xuchitl: “corona de oro o de plata”, teocuitla icpac
xuchiua: “rey o reyna coronada’?. Aunque ninguna de las traducciones del frai-
le menciona directamente el uso de las flores, las expresiones citadas, si rendi-
das literalmente, significan lo que sigue: “enflorar la cabeza (de alguien) con
oro”, “flor de oro para (llevar en) la cabeza”, “el que tiene en la cabeza la flor
de oro” y en los códices, efectivamente, se aprecian varias representaciones de
la nobleza bien con las flores en las manos, bien con el tocado florido en la ca-
beza (cf. figs. 3 y 4).
Otro ejemplo que vale la pena de ser mencionado es el de la palabra xochi-
mecatl, que literalmente significa tanto como “el cordón florido”, pero metafó-
ricamente puede referirse al cordón umbilical precioso, es decir, a la pertenen-
cia a un linaje noble. Las representaciones gráficas de esta expresión parecen
indicar precisamente a este significado (cf fig. 5).
27 DuRAN1967 2: 236, 443.
28 HAYDEN 1983: 49—51.
? HEvDEN 1983: 88-89.
% ScHELE, MiLLER 1975: 78, 90, 92, 121, entre otros.
31 SCHELE, MATHEWS 1999: 152.
* MoLINA 1992 2: 100v.
Además de ello, de acuerdo con Durán””, el uso de ciertas flores estaba re-
servado para los pipiltin. Entre las especies de flores del uso exclusivo de la no-
bleza, Doris Heyden** enumera las siguientes: huacalxochitl, cozticcoa tzonte-
coxochitl, totec y xochiuh, nopal xochicuezaltic, cacaloxoxochitl, tizaxochitl,
tlapalticcacaloxochitl. Por otro lado, la misma autora, después de analizar las
figurillas de barro encontradas en Teotihuacan, propone que cierto tipo de toca-
do de flores podía ser una señal de pertenecer a una dinastía determinada o a un
instrumento gubernamental”. La misma idea estaba presente también entre los
mayas: las ornamentaciones floridas constituyen uno de los motivos más fre-
cuentes en las representaciones de la nobleza maya”. Los mayas, al parecer,
consideraban las flores unos objetos divinos que podían trasmitir el poder sa-
grado de los ancestros a sus descendientes, por lo cual los adornos floridos se
ponían, entre otros, durante la intronización de un gobernante nuevo”'. Una
práctica parecida podía darse también entre los nahuas como lo sugieren algu-
nas de las entradas del diccionario de Molina: teocuitla icpac xuchitia.nite: “co-
ronar al rey”, teocuitla icpac xuchitl: “corona de oro o de plata”, teocuitla icpac
xuchiua: “rey o reyna coronada’?. Aunque ninguna de las traducciones del frai-
le menciona directamente el uso de las flores, las expresiones citadas, si rendi-
das literalmente, significan lo que sigue: “enflorar la cabeza (de alguien) con
oro”, “flor de oro para (llevar en) la cabeza”, “el que tiene en la cabeza la flor
de oro” y en los códices, efectivamente, se aprecian varias representaciones de
la nobleza bien con las flores en las manos, bien con el tocado florido en la ca-
beza (cf. figs. 3 y 4).
Otro ejemplo que vale la pena de ser mencionado es el de la palabra xochi-
mecatl, que literalmente significa tanto como “el cordón florido”, pero metafó-
ricamente puede referirse al cordón umbilical precioso, es decir, a la pertenen-
cia a un linaje noble. Las representaciones gráficas de esta expresión parecen
indicar precisamente a este significado (cf fig. 5).
27 DuRAN1967 2: 236, 443.
28 HAYDEN 1983: 49—51.
? HEvDEN 1983: 88-89.
% ScHELE, MiLLER 1975: 78, 90, 92, 121, entre otros.
31 SCHELE, MATHEWS 1999: 152.
* MoLINA 1992 2: 100v.