¿EL ROSTRO DEL CHE - SACRUM COMMERCIUM? 193
de la “cheización””*. Volviendo a la investigación de lo icónico, parece que el
análisis comparativo (por ejemplo, mediante la sobreposición), de los persona-
jes dibujados puede de una forma particularmente clara capturar cuáles rasgos
se destacan y cuáles se ignoran; dado que estamos interesados no en investigar
la atracción, sino las relaciones de la iconografía del Che con el arte religioso
volvamos al satírico “National Lampoon”. El mencionado número 22 que po-
see el sobrescrito “Is Nothing Sacred?” fue decorado con la más famosa ima-
gen del Che (fig. 12) tratada con un marcado carácter “sacrílego”. Es importan-
te para nosotros, porque el conocimiento de que la portada determina la venta
de la revista fue en los EE.UU. en 1972, un tipo de creencia incuestionable. En
el caso de la revista satírica, la mejor broma para la tapa fue una broma legible y
comprensible para todos. El hecho de que, como una ilustración del tema de la
santidad se seleccionara al “ícono” del Che fue la mejor prueba de que entonces
su personaje era cada vez más, comúnmente asociado y cotejado con imágenes
religiosas. Aumentar el atractivo es un proceso que se refiere aún más a los bie-
nes que al aspecto humano. Este proceso se examina en el contexto de la iconi-
cidad, al menos desde los tiempos de Walter Benjamin. A Benjamin le interesa-
ba el significado del producto como un fetiche. La iconografía del Che parece
provenir precisamente de esta característica que le atraía a Benjamin y que está
igualmente asociada con la religión, el sex-appeal y la producción.
La cualidad fetichista que adquiere la
mercancía afecta a la misma sociedad
productora de mercancías, no cierta-
mente como ella es en sí, sino tal como
continuamente se imagina a sí misma
y cree comprenderse cuando abstrae
del hecho de que precisamente produ-
ce mercancias**.
[Fig. 12. Imagen del Che, “National Lam-
poon n 22 1977
de la “cheización””*. Volviendo a la investigación de lo icónico, parece que el
análisis comparativo (por ejemplo, mediante la sobreposición), de los persona-
jes dibujados puede de una forma particularmente clara capturar cuáles rasgos
se destacan y cuáles se ignoran; dado que estamos interesados no en investigar
la atracción, sino las relaciones de la iconografía del Che con el arte religioso
volvamos al satírico “National Lampoon”. El mencionado número 22 que po-
see el sobrescrito “Is Nothing Sacred?” fue decorado con la más famosa ima-
gen del Che (fig. 12) tratada con un marcado carácter “sacrílego”. Es importan-
te para nosotros, porque el conocimiento de que la portada determina la venta
de la revista fue en los EE.UU. en 1972, un tipo de creencia incuestionable. En
el caso de la revista satírica, la mejor broma para la tapa fue una broma legible y
comprensible para todos. El hecho de que, como una ilustración del tema de la
santidad se seleccionara al “ícono” del Che fue la mejor prueba de que entonces
su personaje era cada vez más, comúnmente asociado y cotejado con imágenes
religiosas. Aumentar el atractivo es un proceso que se refiere aún más a los bie-
nes que al aspecto humano. Este proceso se examina en el contexto de la iconi-
cidad, al menos desde los tiempos de Walter Benjamin. A Benjamin le interesa-
ba el significado del producto como un fetiche. La iconografía del Che parece
provenir precisamente de esta característica que le atraía a Benjamin y que está
igualmente asociada con la religión, el sex-appeal y la producción.
La cualidad fetichista que adquiere la
mercancía afecta a la misma sociedad
productora de mercancías, no cierta-
mente como ella es en sí, sino tal como
continuamente se imagina a sí misma
y cree comprenderse cuando abstrae
del hecho de que precisamente produ-
ce mercancias**.
[Fig. 12. Imagen del Che, “National Lam-
poon n 22 1977