70
Ulises Sebastián Serrano Arias, Beatriz Adriana Gaytán Villalpando
es factible sino de impecable lógica-, y es Hunahpu desde luego el que debe
mirar si ya ha amanecido, y entonces es decapitado por Camazotz. Una victoria
de la noche que tendrá que revalidarse en el juego de pelota.26
Este mamífero, figura nodal de la religión mesoamericana, Dador de la
vida y Mensajero de los dioses, divinidad tutelar del orden que rige las relacio-
nes vitales entre hombres y generaciones, presente en todas las etapas y todos
los aspectos de una historia por la mayoría desapercibida, la figura del murcié-
lago aquel que pone fin, es entre los mortales, el encargado de la condición hu-
mana; la vida es un bien que el murciélago deposita en el hombre y que nece-
sariamente reclamará, pero su vencimiento es en sí mismo una determinación
decisiva que funda el vasto sistema de normas, emblema de ciudades, en escul-
turas talladas de piedra, códices, ajuares, atavíos funerarios y motivo de cerá-
micas policromas.
De entre dichas representaciones destacan las de estilo Chama, muy ca-
racterístico del Periodo Clásico Tardío, en el cual la representación del murcié-
lago fue un común denominador, y aunque la mayoría carecen de un contex-
to arqueológico, se ha concluido en que tienen origen en una zona del mismo
nombre, sobre el río Chixoy, en el Peten, en los actuales departamentos gua-
temaltecos de Alta Verapaz y Quiche. El estilo Chama tiene como principales
características un fondo amarillo o anaranjado, con bandas en color rojo en las
partes superiores o inferiores, con gran variedad de escenas que van desde la
representación de deidades, fauna y seres humanos, hasta las inscripciones je-
roglíficas ramificaciones del maya.27 El Camazotz aparece identificado en va-
rias vasijas policromas del estilo Chama, [fig. 4] con el glifo akbal en la cabe-
za que simboliza a la oscuridad, la sangre y el inframundo28. Se lo muestra con
sus afilados colmillos con volutas de humo rojas saliendo de su boca, las cua-
les se han relacionado con el anciano de Palenque o con el Dios L29, aunándole
que ocasionalmente se ve expuesto el órgano reproductor, en donde claramente
se puede observar que las especies corresponden a individuos machos estrecha-
mente ligados a la fertilidad como ya se ha mencionado antes.30
26 Rivera Dorado 1988:253-254.
27 Elin, Disponible en: www.famsi.org/spanish/research/keiT/articles/chama/index.html
28 El glifo está compuesto por un circulo colocado en la parte superior de un triángulo o rom-
bo alargado, que en ocasiones tiene una estrella dentro. Dicho glifo se localiza en las comisuras
de la boca del murciélago, en la cabeza o a lo largo de su cuello (Sellen 2007: 255).
29 En los códices el Dios L fue dibujado en un fondo negro, vinculado con el inframundo. Go-
bernaba en una etapa previa a la creación en un lugar donde reinaba la noche y la oscuridad (Ro-
mero Sandoval 2000: 77-81).
30 Cajas 2009: 8.
Ulises Sebastián Serrano Arias, Beatriz Adriana Gaytán Villalpando
es factible sino de impecable lógica-, y es Hunahpu desde luego el que debe
mirar si ya ha amanecido, y entonces es decapitado por Camazotz. Una victoria
de la noche que tendrá que revalidarse en el juego de pelota.26
Este mamífero, figura nodal de la religión mesoamericana, Dador de la
vida y Mensajero de los dioses, divinidad tutelar del orden que rige las relacio-
nes vitales entre hombres y generaciones, presente en todas las etapas y todos
los aspectos de una historia por la mayoría desapercibida, la figura del murcié-
lago aquel que pone fin, es entre los mortales, el encargado de la condición hu-
mana; la vida es un bien que el murciélago deposita en el hombre y que nece-
sariamente reclamará, pero su vencimiento es en sí mismo una determinación
decisiva que funda el vasto sistema de normas, emblema de ciudades, en escul-
turas talladas de piedra, códices, ajuares, atavíos funerarios y motivo de cerá-
micas policromas.
De entre dichas representaciones destacan las de estilo Chama, muy ca-
racterístico del Periodo Clásico Tardío, en el cual la representación del murcié-
lago fue un común denominador, y aunque la mayoría carecen de un contex-
to arqueológico, se ha concluido en que tienen origen en una zona del mismo
nombre, sobre el río Chixoy, en el Peten, en los actuales departamentos gua-
temaltecos de Alta Verapaz y Quiche. El estilo Chama tiene como principales
características un fondo amarillo o anaranjado, con bandas en color rojo en las
partes superiores o inferiores, con gran variedad de escenas que van desde la
representación de deidades, fauna y seres humanos, hasta las inscripciones je-
roglíficas ramificaciones del maya.27 El Camazotz aparece identificado en va-
rias vasijas policromas del estilo Chama, [fig. 4] con el glifo akbal en la cabe-
za que simboliza a la oscuridad, la sangre y el inframundo28. Se lo muestra con
sus afilados colmillos con volutas de humo rojas saliendo de su boca, las cua-
les se han relacionado con el anciano de Palenque o con el Dios L29, aunándole
que ocasionalmente se ve expuesto el órgano reproductor, en donde claramente
se puede observar que las especies corresponden a individuos machos estrecha-
mente ligados a la fertilidad como ya se ha mencionado antes.30
26 Rivera Dorado 1988:253-254.
27 Elin, Disponible en: www.famsi.org/spanish/research/keiT/articles/chama/index.html
28 El glifo está compuesto por un circulo colocado en la parte superior de un triángulo o rom-
bo alargado, que en ocasiones tiene una estrella dentro. Dicho glifo se localiza en las comisuras
de la boca del murciélago, en la cabeza o a lo largo de su cuello (Sellen 2007: 255).
29 En los códices el Dios L fue dibujado en un fondo negro, vinculado con el inframundo. Go-
bernaba en una etapa previa a la creación en un lugar donde reinaba la noche y la oscuridad (Ro-
mero Sandoval 2000: 77-81).
30 Cajas 2009: 8.