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Daniela Lucena
su promesa y no se refirió al fascismo.8 No obstante, luego de su partida La In-
ternacional publica una nota donde se lo tilda de “charlatán fascista” y se cues-
tiona duramente su calidad como literato, destacando que su pretendida “revo-
lución marinettista no es sino literatura de reacción” y que su frustración fue
doble puesto que “el hombre fue corrido política y literariamente”.9 Nuevamen-
te, se repudian con la misma intensidad las ideas artísticas y las ideas políticas,
desechando al futurismo como arte en su totalidad. Después de este episodio,
Marinetti y el futurismo desparecen por completo de las páginas del periódico.
El arte argentino junto al pueblo ruso
La exposición artística a beneficio de “los hambrientos de Rusia” en 1922 es
organizada por el PCA como parte de una campaña internacional en la cual el
Partido participa siguiendo un pedido de la Internacional Comunista o Komin-
tern, organización con la cual mantiene estrechos vínculos desde su fundación
en 1918.
Esta muestra artística -totalmente olvidada en los relatos de la historia del
arte argentino- es coordinada por una comisión formada por tres artistas: Emi-
lia Bertolé, Agustín Riganelli y José Fioravanti. Además de ellos participan
también, exhibiendo o donando sus obras para ser rifadas entre el público asis-
tente, Alberto Rossi, Facio Hebequer, Abraham Vigo, Jorge Bermúdez, Augus-
to Marteu, Emilio Centurión, Fortunato Lacámera, Lino Spilimbergo, Ramón
Gómez Cornet, Ramón Silva, Bilis, Adolfo Bellocq, José Arato, Antonio Pedo-
ne, Alfredo Gramajo Gutierrez, Alfredo Bigatti y Nicolás Lamanna.
Una lectura de los nombres de los participantes permite observar una
ecléctica concurrencia, que incluye a artistas que defienden programas estéti-
cos muy diferentes, desde aquellos más tradicionales, legitimados por las prin-
cipales instituciones del campo, hasta los más innovadores y críticos de los pa-
rámetros establecidos. Examinemos, entonces, las distintas acciones que lleva
adelante el Partido Comunista para conseguir estas variadas adhesiones y los
diversos modos a través de los cuales apuesta a transformar el arte en activismo
al servicio de la revolución proletaria.
Una primera estrategia que el joven partido implementa se vincula con
la coordinación del evento. El Partido Comunista le confiere a tres reconoci-
dos artistas -no pertenecientes a sus filas- la organización de la exposición,
8 Citado en: Saítta 1999: 1. Este artículo releva las noticias referentes a la visita, que se pu-
blicaron en La Nación, Crítica, La Prensa, La Vanguardia, La Fronda, La Razón y La Protesta.
No hace referencia a los artículos aparecidos en La Internacional.
9 La Internacional 1926c.
Daniela Lucena
su promesa y no se refirió al fascismo.8 No obstante, luego de su partida La In-
ternacional publica una nota donde se lo tilda de “charlatán fascista” y se cues-
tiona duramente su calidad como literato, destacando que su pretendida “revo-
lución marinettista no es sino literatura de reacción” y que su frustración fue
doble puesto que “el hombre fue corrido política y literariamente”.9 Nuevamen-
te, se repudian con la misma intensidad las ideas artísticas y las ideas políticas,
desechando al futurismo como arte en su totalidad. Después de este episodio,
Marinetti y el futurismo desparecen por completo de las páginas del periódico.
El arte argentino junto al pueblo ruso
La exposición artística a beneficio de “los hambrientos de Rusia” en 1922 es
organizada por el PCA como parte de una campaña internacional en la cual el
Partido participa siguiendo un pedido de la Internacional Comunista o Komin-
tern, organización con la cual mantiene estrechos vínculos desde su fundación
en 1918.
Esta muestra artística -totalmente olvidada en los relatos de la historia del
arte argentino- es coordinada por una comisión formada por tres artistas: Emi-
lia Bertolé, Agustín Riganelli y José Fioravanti. Además de ellos participan
también, exhibiendo o donando sus obras para ser rifadas entre el público asis-
tente, Alberto Rossi, Facio Hebequer, Abraham Vigo, Jorge Bermúdez, Augus-
to Marteu, Emilio Centurión, Fortunato Lacámera, Lino Spilimbergo, Ramón
Gómez Cornet, Ramón Silva, Bilis, Adolfo Bellocq, José Arato, Antonio Pedo-
ne, Alfredo Gramajo Gutierrez, Alfredo Bigatti y Nicolás Lamanna.
Una lectura de los nombres de los participantes permite observar una
ecléctica concurrencia, que incluye a artistas que defienden programas estéti-
cos muy diferentes, desde aquellos más tradicionales, legitimados por las prin-
cipales instituciones del campo, hasta los más innovadores y críticos de los pa-
rámetros establecidos. Examinemos, entonces, las distintas acciones que lleva
adelante el Partido Comunista para conseguir estas variadas adhesiones y los
diversos modos a través de los cuales apuesta a transformar el arte en activismo
al servicio de la revolución proletaria.
Una primera estrategia que el joven partido implementa se vincula con
la coordinación del evento. El Partido Comunista le confiere a tres reconoci-
dos artistas -no pertenecientes a sus filas- la organización de la exposición,
8 Citado en: Saítta 1999: 1. Este artículo releva las noticias referentes a la visita, que se pu-
blicaron en La Nación, Crítica, La Prensa, La Vanguardia, La Fronda, La Razón y La Protesta.
No hace referencia a los artículos aparecidos en La Internacional.
9 La Internacional 1926c.