Bulletin du Musée National de Varsovie (11.1970)

Alfonso E. Perez Sanchez

UNA OBRA DE MATIAS DE TORRES EN EL MUSEO
NACIONAL DE YARSOYIA

Una visita a los almacenes del Museo Nacional de Varsovia, amablemente invitado por sus
autoridades directivas, fue oeasión afortunada e impensada de eucontrar una obra desconocida
delpintor madrileńo Matias de Torres (1635 —1711) que, despues de una cuidadosa restauración,
pudo incorporarse, como ultima novedad fuera de catalogo, a la importante exposición de Pinłura
Espanola en las colecciones polacas que organizó el Museo Nacional de Poznań en Noyiembre
de 1967 (fig. 1).

El cuadro, una Presentación del Nino en el Templo, de dimensiones 1,25 Xl,03 procede de la
col. Krosnowski, lleva el numero de inventario 180668, y se atribuia a „Bassano” sin mas pre-
cisiones. Se trata en realidad de una versión, eon algunas variantes, del cuadro conservado
en el Ermitage de Leningrado, firmado por Matias de Torres en 1697 y una de las obras mas
caracteristicas de su estilo (fig. 2).

El pintor, uno de los mas simpaticos maestros menores de toda la eseuela madrilena de fines
del siglo XVII, nos es conocido por los datos biograficos que proporciona el Yasari espanol, Palo-
mino,1 que le conoció personalmente, y por unas pocas precisiones documentales dispersas,
que recogi recientemente en una breve sintesis de su personalidad.2

Nacido en 1635 en Aguilar de Campóo, proyincia de Palencia, en Castilla la Yieja, se instala
muy nińo en Madrid y se educa en el ambiente de la pintura madrilena del barroco ascendente
y triunfante. Aleccionado primero por un tio suyo, modesto pintor de deyoción segun Palomino,
pronto paso a interesarse por las noyedades del estilo de Herrera el Mozo, que a partir de 1657
difunde en la Corte un estilo moyido, amplio de gestos y actitudes yiolentas, rico de color y eon
un marcado gusto por los contrastes de figuras oscuras recortadas o disueltas sobre fondos
rutilantes, seryido todo eon una tecnica abreyiada, de piocelada rapida y como improyisadora.
Matias hubo de apasionarse por las noyedades de un estilo tan atractiyo, y su deseo de emu-
lación, le hizo yolcarse en la frecuentación de academias y obradores de pintor, logrando un
estilo en cierto modo personal. Poseemos de el unas euantas obras, firmadas y fechadas, entre
1668 y 1697, y yarias noticias documentales que nos hablan de su prestigio creciente en el am-
biente madrileno de fiu de siglo. Trabaja para el Ayuntamiento de Madrid en oeasión de las
fiestas de la canonización de Santa Rosa de Lima (1671) y tambien para Palacio, preparando,
eon sus colegas mas famosos Claudio Coello y Jose Ximenez Donoso, las habitaciones que habia
de ocupar la Reina Maria Luisa de Orleans, casada en 1679 eon el infeliz Carlos II. Tambien
en oeasión de esas bodas reales, trabaja, en compania de los mismos pintores, en los arcos triun-
fales y en el aparato festiyo de la entrada de la misma Reina. Se reeuerdan de el aneedotas que
lo retratan como hombre de cierta noble altiyez, preocupado del honor y dignidad de la pin-
tura, y portayoz, a yeces, de las aspiraciones y reclamaciones del gremio. Todo ello no le impidió
morir yiejo y pobre en el hospital, abandonado de todos, en una patetica situación que eon
yiyeza dramatica describe Palomino.

Pintor generał, es decir, cultiyador de todos los generos, desde el retrato a las batallas y bode-
gones, y sobre todo del cuadro de deyoción y las pinturas decoratiyas al fresco y tempie, lo elogian
sus contemporaneos por su facilidad de invención y la rapidez y seguridad de su ejecución.

Lo que hemos conseryado de su mano, o al menos lo que hasta ahora conocemos se reciere
casi por entero al genero religioso y muestra ciertamente una personalidad menor, pero delicada
e independiente.

1. A. Antonio Palomino y Velasco, Museo pictorico y escala oplica, Madrid, 1715 — 1724, edición moderna, Madrid, 1947.

2. A. E. Perez Sanchez, ”Don Matias de Torres”, Archivo Espaiiol de Arie, XXXVIII, 1963, pg. 31 y ss.

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