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https://doi.org/10.11588/diglit.67617#0054
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FREDERIK POULSEN
Edad Media y la Moderna hasta el último siglo se desconoció
este procedimiento y la corona se formaba de piezas aisladas.
Lo consiguió por primera vez en el año 1810, un alemán
constructor de carros en Vorarlberg, Melchor Fink. Teniendo
esto en cuenta es muy digno de mérito el constructor egipcio
de carros que supo hacer de una sola pieza la mayor parte
de la corona, calentando y después curvando la madera.
El cubo de la rueda está recubierto de yeso, y éste a su vez
de oro. El carro está construido con demasiada delicadeza,
es demasiado pequeño y bajo para poder ser efectivamente
utilizado. Es seguramente una imitación de un tamaño 2/3
del natural y elaborado para ser ofrendado en la tumba.
La importancia de la ornamentación egipcia y de las
artes industriales egipcias para las épocas siguientes no puede
ser nunca bastante ponderada. Arrójese una ojeada sobre
la Edad de piedra y se comprenderá como han enriquecido
culturalmente al mundo los egipcios.
FREDERIK POULSEN
Edad Media y la Moderna hasta el último siglo se desconoció
este procedimiento y la corona se formaba de piezas aisladas.
Lo consiguió por primera vez en el año 1810, un alemán
constructor de carros en Vorarlberg, Melchor Fink. Teniendo
esto en cuenta es muy digno de mérito el constructor egipcio
de carros que supo hacer de una sola pieza la mayor parte
de la corona, calentando y después curvando la madera.
El cubo de la rueda está recubierto de yeso, y éste a su vez
de oro. El carro está construido con demasiada delicadeza,
es demasiado pequeño y bajo para poder ser efectivamente
utilizado. Es seguramente una imitación de un tamaño 2/3
del natural y elaborado para ser ofrendado en la tumba.
La importancia de la ornamentación egipcia y de las
artes industriales egipcias para las épocas siguientes no puede
ser nunca bastante ponderada. Arrójese una ojeada sobre
la Edad de piedra y se comprenderá como han enriquecido
culturalmente al mundo los egipcios.