Capítulo IV
El estilo micénico-cretense
Hasta el año 1860 comenzaba la historia de la cultura
griega con Homero. Así sucedía también entre los griegos.
Todo lo que se colocaba antes de los cantos homéricos per-
tenecía a la leyenda. Era una edad de oro en la que vivía
en el mundo una raza de semidioses y en la que los dioses
en amistad con los héroes ayudaban a éstos a construir los
muros de sus palacios resplandecientes y de sus ciudades.
Las excavaciones de Schliemann en las decenas 70 y 80
del siglo pasado en Tirinto y Micenas en el Peloponeso y las
italianas e inglesas a la terminación del siglo, en Creta,
nos han revelado la cultura y el arte de esta edad mítica.
El nombre que recibió al principio fué el de micénica, pero
ahora, teniendo en cuenta su patria de origen, se la llama
con más justicia, cretense. Desde Creta se extendió a las
islas del mar Egeo, a Grecia propiamente dicha y al Asia
Menor. Troya y muchos lugares de la Tesalia, ricos en ha-
llazgos de esta época son por ahora los puntos más avanzados
en dirección norte, de esta cultura autónoma y unitaria.
Hoy nuestra ciencia conoce de la época primitiva de Grecia
períodos mucho más avanzados que los que representa esta
cultura. Alcanzan nuestros conocimientos hasta una pri-
mitiva época del bronce y a una edad de piedra, bárbara
El estilo micénico-cretense
Hasta el año 1860 comenzaba la historia de la cultura
griega con Homero. Así sucedía también entre los griegos.
Todo lo que se colocaba antes de los cantos homéricos per-
tenecía a la leyenda. Era una edad de oro en la que vivía
en el mundo una raza de semidioses y en la que los dioses
en amistad con los héroes ayudaban a éstos a construir los
muros de sus palacios resplandecientes y de sus ciudades.
Las excavaciones de Schliemann en las decenas 70 y 80
del siglo pasado en Tirinto y Micenas en el Peloponeso y las
italianas e inglesas a la terminación del siglo, en Creta,
nos han revelado la cultura y el arte de esta edad mítica.
El nombre que recibió al principio fué el de micénica, pero
ahora, teniendo en cuenta su patria de origen, se la llama
con más justicia, cretense. Desde Creta se extendió a las
islas del mar Egeo, a Grecia propiamente dicha y al Asia
Menor. Troya y muchos lugares de la Tesalia, ricos en ha-
llazgos de esta época son por ahora los puntos más avanzados
en dirección norte, de esta cultura autónoma y unitaria.
Hoy nuestra ciencia conoce de la época primitiva de Grecia
períodos mucho más avanzados que los que representa esta
cultura. Alcanzan nuestros conocimientos hasta una pri-
mitiva época del bronce y a una edad de piedra, bárbara