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Paweł Drabarczyk
Evidentemente existen también imágenes cuya identificación no causa
problemas. A este grupo pertenece por ejemplo el cuadro albergado en la var-
soviana iglesia dominica bajo la advocación de San Jacinto y realizado hacia
1671-1672 por un pintor lublinense, Tomasz Muszyński.
[Fig. 6. Tomasz Muszyński, La Virgen y el Niño con Santa Rosa
y los frailes domíneos, Varsovia, iglesia de San Jacinto]
La inscripción latina sobre este cuadro, perteneciente a un ciclo de lienzos
dedicados a varios santos dominicos, menciona explícitamente a Santa Rosa
acompañada de los frailes Martín (presumimos que se trata Martín de Porres,
posteriormente un santo y místico peruano), Juan (posteriormente San Juan
Macías) y Vicente (Vicente Bemedo, llamado apóstol de Charcas)30. El Niño
está decorando a la santa con una guirnalda de rosas. Este cuadro constituye un
interesante testimonio de la lucha de los candidatos dominicos por llegar a los
altares. En el siglo XVII, de entre las personas aquí nombradas, solamente Isa-
bel Flores de Oliva llegó a ser canonizada. Al margen cabe mencionar que en el
claustro varsoviano el desarrollo de la devoción por Santa Rosa desembocó en
la creación en 1729 de una congregación bajo su advocación.
A las obras dedicadas a Santa Rosa particularmente espectaculares en Po-
lonia pertenece el altar lateral de la iglesia dominica de San Nicolás en Gdansk,
que fue encargado por Jan Ernest Scheffler, el médico municipal, designado
también “médico de la casa real”. La autoría del altar se le adscribe a Hans Cas-
par Gockheller.
30 Graziano 2004: 95.
Paweł Drabarczyk
Evidentemente existen también imágenes cuya identificación no causa
problemas. A este grupo pertenece por ejemplo el cuadro albergado en la var-
soviana iglesia dominica bajo la advocación de San Jacinto y realizado hacia
1671-1672 por un pintor lublinense, Tomasz Muszyński.
[Fig. 6. Tomasz Muszyński, La Virgen y el Niño con Santa Rosa
y los frailes domíneos, Varsovia, iglesia de San Jacinto]
La inscripción latina sobre este cuadro, perteneciente a un ciclo de lienzos
dedicados a varios santos dominicos, menciona explícitamente a Santa Rosa
acompañada de los frailes Martín (presumimos que se trata Martín de Porres,
posteriormente un santo y místico peruano), Juan (posteriormente San Juan
Macías) y Vicente (Vicente Bemedo, llamado apóstol de Charcas)30. El Niño
está decorando a la santa con una guirnalda de rosas. Este cuadro constituye un
interesante testimonio de la lucha de los candidatos dominicos por llegar a los
altares. En el siglo XVII, de entre las personas aquí nombradas, solamente Isa-
bel Flores de Oliva llegó a ser canonizada. Al margen cabe mencionar que en el
claustro varsoviano el desarrollo de la devoción por Santa Rosa desembocó en
la creación en 1729 de una congregación bajo su advocación.
A las obras dedicadas a Santa Rosa particularmente espectaculares en Po-
lonia pertenece el altar lateral de la iglesia dominica de San Nicolás en Gdansk,
que fue encargado por Jan Ernest Scheffler, el médico municipal, designado
también “médico de la casa real”. La autoría del altar se le adscribe a Hans Cas-
par Gockheller.
30 Graziano 2004: 95.