134 ANNA WENDORFF
[Fig. 8. Texto e imagen presentados juntos. ]
El “texto” en cuestión entonces nos pone de antemano ante algunas dico-
tomías que es pertinente rescatarlas aquí. Si la palabra es imagen o viceversa, y
si la expresión plástica es el recurso dimensional y de transformación del “ojo”
que atesora en la mirada un punto de vista del mundo; el libro no sólo consti-
tuye una fuente superior de sentido y de construcción de lo simbólico. El color
trasciende a su propia definición, en Faría y Cottin, no importa lo que se ve, 1m-
porta lo que se siente.
Ahora bien, podemos reafirmar sobre algunos elementos, esas “aparicio-
nes”, descubrimientos que el niño elabora. El primero de ellos se refiere a la ca-
lidad gráfica, creativa que exige, que requiere todo texto destinado a niños. El
segundo consustancia un principio básico que trasciende al arte gráfico, al arte
pictórico, y se encuadra en el centro de un fundamento: lo plástico para un niño
se va concertando en el marco del dibujo. A los textos se suceden las imágenes
que pasan sin colores tratando de modelar la experiencia interior de la visión de
Tomás. La imagen no es una representación “exacta” de la descripción de To-
más, sino que es apenas un elemento, una imagen como si éste se viera en la di-
mensión interior del personaje.
Ainara Erro en su artículo “La ilustración en la literatura infantil”'*> nos
plantea que:
Las ilustraciones pueden ser valoradas desde muy diversas perspectivas
ya que tendencias pictóricas de distintos períodos, líneas de pensamien-
15 ERRo 2000: 502—511.
[Fig. 8. Texto e imagen presentados juntos. ]
El “texto” en cuestión entonces nos pone de antemano ante algunas dico-
tomías que es pertinente rescatarlas aquí. Si la palabra es imagen o viceversa, y
si la expresión plástica es el recurso dimensional y de transformación del “ojo”
que atesora en la mirada un punto de vista del mundo; el libro no sólo consti-
tuye una fuente superior de sentido y de construcción de lo simbólico. El color
trasciende a su propia definición, en Faría y Cottin, no importa lo que se ve, 1m-
porta lo que se siente.
Ahora bien, podemos reafirmar sobre algunos elementos, esas “aparicio-
nes”, descubrimientos que el niño elabora. El primero de ellos se refiere a la ca-
lidad gráfica, creativa que exige, que requiere todo texto destinado a niños. El
segundo consustancia un principio básico que trasciende al arte gráfico, al arte
pictórico, y se encuadra en el centro de un fundamento: lo plástico para un niño
se va concertando en el marco del dibujo. A los textos se suceden las imágenes
que pasan sin colores tratando de modelar la experiencia interior de la visión de
Tomás. La imagen no es una representación “exacta” de la descripción de To-
más, sino que es apenas un elemento, una imagen como si éste se viera en la di-
mensión interior del personaje.
Ainara Erro en su artículo “La ilustración en la literatura infantil”'*> nos
plantea que:
Las ilustraciones pueden ser valoradas desde muy diversas perspectivas
ya que tendencias pictóricas de distintos períodos, líneas de pensamien-
15 ERRo 2000: 502—511.