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Ybeth Arias Cuba
últimas surgió la iconografía de los desposorios místicos de la santa con el Niño
Jesús, quien era cargado por su madre en la advocación de la virgen del Rosa-
rio. Esta iconografía fue una de las más conocidas y reproducidas sobre la san-
ta en el mundo católico.
Pero ¿qué son los desposorios místicos? En palabras simples, la repre-
sentación del matrimonio espiritual entre la santa y Jesús. Es el mayor reco-
nocimiento místico que la divinidad muestra hacia un personaje y simboliza
la unidad espiritual de ambos. Se trata de una compleja metáfora que encerró
múltiples significados en la época. Entre las santas modernas que tuvieron des-
posorios místicos con Cristo destacan santa Catalina de Sena y santa Teresa de
Jesús. En este sentido, nos interesan las significaciones políticas de los despo-
sorios místicos en relación entre la Monarquía Hispana y las Indias. Así, el prin-
cipal problema de investigación que se plantea este artículo es mostrar que la
escena de los desposorios místicos de santa Rosa con el Niño Jesús personificó
la relación entre la Monarquía Hispana y las Indias.
La santa como indiana representó a los territorios del Nuevo Mundo y su
canonización significó el ingreso oficial de estos territorios en el reino de los
bienaventurados: la ciudad de Dios, aquella formada por los santos, los ánge-
les y la divinidad. Mientras, el dúo Niño Jesús y la virgen María encaman a la
Monarquía por ser los elementos centrales del pietas austríaca, un programa
de religiosidad de la dinastía centrado en el culto de la Eucaristía y la Virgen.
Mediante la exploración de la circulación de la iconografía de los desposorios,
la significación de sus elementos iconográficos específicos y su relación con la
Jerusalén celestial comprenderemos la construcción del modelo de Rosa como
cristiana y vasalla a seguir.
Antes de desarrollar el problema propuesto habría que mencionar que,
a pesar que la escena de los desposorios místicos fue extraordinario, sin embar-
go no era de fácil entendimiento para el común de los devotos de la santa lime-
ña. La comprensión de esta escena se centró en aquellos devotos con una alta
instrucción académica, con acceso a conocimientos teológicos y escatológicos.
Esto se evidenció en la ubicación de los lienzos novohispanos de los desposo-
rios como la capilla de los terciarios dominicos [Fig. 2] y en los claustros domi-
nicos como el santuario y el monasterio que tuvieron la advocación de la santa
en la ciudad de Lima.
Para unos ojos menos expertos, la escena de los desposorios representó la
unión de la santa con Dios. Era indudable para todos que Rosa era una espo-
sa privilegiada de Cristo. Estas ideas se consolidaron con los sermones que se
oían de los predicadores en las fiestas anuales de la santa (30 de agosto) y la vis-
ta de los lienzos en espacios públicos como la capilla de san Felipe de Jesús en
la catedral de México. Claro que los mayores conocedores entendían mejor las
Ybeth Arias Cuba
últimas surgió la iconografía de los desposorios místicos de la santa con el Niño
Jesús, quien era cargado por su madre en la advocación de la virgen del Rosa-
rio. Esta iconografía fue una de las más conocidas y reproducidas sobre la san-
ta en el mundo católico.
Pero ¿qué son los desposorios místicos? En palabras simples, la repre-
sentación del matrimonio espiritual entre la santa y Jesús. Es el mayor reco-
nocimiento místico que la divinidad muestra hacia un personaje y simboliza
la unidad espiritual de ambos. Se trata de una compleja metáfora que encerró
múltiples significados en la época. Entre las santas modernas que tuvieron des-
posorios místicos con Cristo destacan santa Catalina de Sena y santa Teresa de
Jesús. En este sentido, nos interesan las significaciones políticas de los despo-
sorios místicos en relación entre la Monarquía Hispana y las Indias. Así, el prin-
cipal problema de investigación que se plantea este artículo es mostrar que la
escena de los desposorios místicos de santa Rosa con el Niño Jesús personificó
la relación entre la Monarquía Hispana y las Indias.
La santa como indiana representó a los territorios del Nuevo Mundo y su
canonización significó el ingreso oficial de estos territorios en el reino de los
bienaventurados: la ciudad de Dios, aquella formada por los santos, los ánge-
les y la divinidad. Mientras, el dúo Niño Jesús y la virgen María encaman a la
Monarquía por ser los elementos centrales del pietas austríaca, un programa
de religiosidad de la dinastía centrado en el culto de la Eucaristía y la Virgen.
Mediante la exploración de la circulación de la iconografía de los desposorios,
la significación de sus elementos iconográficos específicos y su relación con la
Jerusalén celestial comprenderemos la construcción del modelo de Rosa como
cristiana y vasalla a seguir.
Antes de desarrollar el problema propuesto habría que mencionar que,
a pesar que la escena de los desposorios místicos fue extraordinario, sin embar-
go no era de fácil entendimiento para el común de los devotos de la santa lime-
ña. La comprensión de esta escena se centró en aquellos devotos con una alta
instrucción académica, con acceso a conocimientos teológicos y escatológicos.
Esto se evidenció en la ubicación de los lienzos novohispanos de los desposo-
rios como la capilla de los terciarios dominicos [Fig. 2] y en los claustros domi-
nicos como el santuario y el monasterio que tuvieron la advocación de la santa
en la ciudad de Lima.
Para unos ojos menos expertos, la escena de los desposorios representó la
unión de la santa con Dios. Era indudable para todos que Rosa era una espo-
sa privilegiada de Cristo. Estas ideas se consolidaron con los sermones que se
oían de los predicadores en las fiestas anuales de la santa (30 de agosto) y la vis-
ta de los lienzos en espacios públicos como la capilla de san Felipe de Jesús en
la catedral de México. Claro que los mayores conocedores entendían mejor las