RiTUALIZAR LA MUERTE
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posibilidad de desarrollar empíricamente la carga de fuerza real que ofrece la
tierra como materia de culto.
[Fig. 5. Alfredo Portillos, “Mesa energética”, 1994.]
En la “Mesa Energética” presentada en la muestra “Veinte críticos eli-
gen a veinte artistas”14 de 1994 en la Fundación Banco Patricios, retoma las
reflexiones sobre la elaboración de energía de las papas -tubérculo de origen
americano- que el artista Víctor Grippo realizara en la Serie de obras “Analo-
gías” (1971). En esta ocasión, presentó una mesa recubierta de plomo que so-
portaba una pequeña montaña de tierra de la que parten dos electrodos que
conducen la energía de la tierra a una caja acrílica con azufre y luego a un vol-
tímetro. En la versión de Portillos no interesa la relación de la energía acumu-
lada como en la obra de las analogías del tubérculo latinoamericano homologa-
do al proceso de acumulación de conciencia social como sistema de arte. Sino,
cómo el objeto ritual recupera cierta discursividad de las obras de los setenta,
puesto que apela energéticamente a la tierra como materia sacra, que deja de
lado cualquier lectura de un conceptualismo en clave científica, y obedece con-
cretamente a la carga de energía vital, provocada en términos concretos, y a la
14 Las otras dos obras exhibidas en dicha ocasión fueron De la misma sangre distinto color
(video-instalación), y Mensaje a los del tercer milenio desde el vientre de la Pachamama (obje-
to), elegidas y prologadas en el catálogo por Rosa Brill.
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posibilidad de desarrollar empíricamente la carga de fuerza real que ofrece la
tierra como materia de culto.
[Fig. 5. Alfredo Portillos, “Mesa energética”, 1994.]
En la “Mesa Energética” presentada en la muestra “Veinte críticos eli-
gen a veinte artistas”14 de 1994 en la Fundación Banco Patricios, retoma las
reflexiones sobre la elaboración de energía de las papas -tubérculo de origen
americano- que el artista Víctor Grippo realizara en la Serie de obras “Analo-
gías” (1971). En esta ocasión, presentó una mesa recubierta de plomo que so-
portaba una pequeña montaña de tierra de la que parten dos electrodos que
conducen la energía de la tierra a una caja acrílica con azufre y luego a un vol-
tímetro. En la versión de Portillos no interesa la relación de la energía acumu-
lada como en la obra de las analogías del tubérculo latinoamericano homologa-
do al proceso de acumulación de conciencia social como sistema de arte. Sino,
cómo el objeto ritual recupera cierta discursividad de las obras de los setenta,
puesto que apela energéticamente a la tierra como materia sacra, que deja de
lado cualquier lectura de un conceptualismo en clave científica, y obedece con-
cretamente a la carga de energía vital, provocada en términos concretos, y a la
14 Las otras dos obras exhibidas en dicha ocasión fueron De la misma sangre distinto color
(video-instalación), y Mensaje a los del tercer milenio desde el vientre de la Pachamama (obje-
to), elegidas y prologadas en el catálogo por Rosa Brill.