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Juan Pablo Pérez
vez telúrica, dado que el montículo de tierra simboliza a la Pachamama (Ma-
dre Tierra).
Ofrendar y rogar a la madre tierra es un gesto y un acto del cual puede ofi-
ciarlo -de forma pragmática- toda persona que crea en la divinidad femenina,
sin intermediarios, nomás que sean devotos como cualquier campesino, coma-
dre, maestro o puestero de un pueblo o ciudad. Esta obra, reasume un horizonte
simbólico que pone en tela de juicio la ensimismada mirada ciudadana, racio-
nal, descreída de las posibilidades potenciales de una naturaleza viva en rela-
ción con lo humano.
Estos elementos trazan dos factores estructurantes en el vocabulario esté-
tico del artista: la elaboración de un lenguaje formal a través de materiales que
surgen al margen de cierto denominador común aceptable dentro de los pará-
metros de experimentación institucional. Y por otro lado, el carácter simbólico
que enfatizan los elementos y las ofrendas por su modalidad pragmática y fun-
cional como objetos de culto, muchos de ellos, extraídos de la realidad cotidia-
na y que forman parte del instrumental de mesas sagradas para su acción ritual.
[Fig. 6. Alfredo Portillos, “Altar de Difuntos”, 2008.]
Juan Pablo Pérez
vez telúrica, dado que el montículo de tierra simboliza a la Pachamama (Ma-
dre Tierra).
Ofrendar y rogar a la madre tierra es un gesto y un acto del cual puede ofi-
ciarlo -de forma pragmática- toda persona que crea en la divinidad femenina,
sin intermediarios, nomás que sean devotos como cualquier campesino, coma-
dre, maestro o puestero de un pueblo o ciudad. Esta obra, reasume un horizonte
simbólico que pone en tela de juicio la ensimismada mirada ciudadana, racio-
nal, descreída de las posibilidades potenciales de una naturaleza viva en rela-
ción con lo humano.
Estos elementos trazan dos factores estructurantes en el vocabulario esté-
tico del artista: la elaboración de un lenguaje formal a través de materiales que
surgen al margen de cierto denominador común aceptable dentro de los pará-
metros de experimentación institucional. Y por otro lado, el carácter simbólico
que enfatizan los elementos y las ofrendas por su modalidad pragmática y fun-
cional como objetos de culto, muchos de ellos, extraídos de la realidad cotidia-
na y que forman parte del instrumental de mesas sagradas para su acción ritual.
[Fig. 6. Alfredo Portillos, “Altar de Difuntos”, 2008.]