56
Malena La Rocca
y acrobáticos, la voz declamando discursos, recitando poesías, ensamblándose
con otras para formar coros o que tan sólo emite sonidos, la palabra tomada de
fragmentos de obras literarias, poesías, discursos políticos o mediáticos, publi-
cidad o de textos en lenguaje inconexo, ensamblada como un cadáver exquisi-
to eran recursos comunes que circularon en los talleres para sus producciones.
“Vivíamos exaltados”23 expresó una integrante del Tit para describir sus
prácticas estético-políticas. Esta frase sintetiza una “estructura del sentir” en
términos de Raymond Williams24 que nos permite comprender cómo los miem-
bros del TiT elaboraron maneras de crear e intervenir colectivamente en medio
de una atmósfera de parálisis, desconfianza, miedo generalizado, de crisis y de
terror, elementos de una tecnología de poder que la última dictadura cívico-mi-
litar hábilmente operó sobre gran parte de la sociedad. Sin embargo, el estar en
la vida de manera desbordada, no era solo improvisar, desobedecer, transgredir,
“vivir exaltados” se enlaza contradictoriamente con el discurso que lo nombra.
Esto se condensa en “hay mucho pero no se puede” frase que según recuerda
Silvina Epstein25 -otra integrante del Tit- coreaban al finalizar sus acciones, un
grito de libertad que quedaba atragantado por el miedo intermitente en medio
de un espacio público clausurado en el que operaban los fantasmagóricos efec-
tos de los dispositivos de control propios del terrorismo de Estado.
Rituales de la muerte en el espacio público
Los rituales de la muerte en Marat/Sade y en La maravillosa revelación del
misterio de Las Brujas transformaron el duelo en una movilización colectiva y
en una ocupación momentánea del espacio público. Siguiendo a Judith Butler:
El cuerpo que se crea entre aquellos que actúan juntos, el espacio de en-
cuentro, es un espacio de presentación. Esos cuerpos excluidos sin dere-
cho legal a estar ahí, están expresando su oposición a la legitimidad del
Estado, lo que hacen ante la ocupación del espacio es repetir esa ocupa-
ción y persistir en la misma, planteando un desafío en términos corpo-
rales, lo que significa que cuando el cuerpo habla políticamente no sólo
23 La frase había surgido en una entrevista realizada por Ana Longoni a Irene Mozskowski
(2012) y fue retomada en la entrada “Arte revolucionario” en: Red Conceptualismos del Sur
2012: 62. La frase resurgió en un conversatorio de artistas a propósito del Seminario internacio-
nal Perder la forma humana. Conversaciones sobre arte y política en los años 80 en América La-
tina que tuvo lugar el 6 de junio de 2014 en el Centro Cultural Borges de la Ciudad de Buenos
Aires y fue recuperada en el prólogo que escribí para el libro de Cocco 2017.
24 Williams 1988 [1978]: 151.
25 Entrevista a Silvina Epstein realizada por Ana Longoni en Madrid (18 de diciembre de
2011).
Malena La Rocca
y acrobáticos, la voz declamando discursos, recitando poesías, ensamblándose
con otras para formar coros o que tan sólo emite sonidos, la palabra tomada de
fragmentos de obras literarias, poesías, discursos políticos o mediáticos, publi-
cidad o de textos en lenguaje inconexo, ensamblada como un cadáver exquisi-
to eran recursos comunes que circularon en los talleres para sus producciones.
“Vivíamos exaltados”23 expresó una integrante del Tit para describir sus
prácticas estético-políticas. Esta frase sintetiza una “estructura del sentir” en
términos de Raymond Williams24 que nos permite comprender cómo los miem-
bros del TiT elaboraron maneras de crear e intervenir colectivamente en medio
de una atmósfera de parálisis, desconfianza, miedo generalizado, de crisis y de
terror, elementos de una tecnología de poder que la última dictadura cívico-mi-
litar hábilmente operó sobre gran parte de la sociedad. Sin embargo, el estar en
la vida de manera desbordada, no era solo improvisar, desobedecer, transgredir,
“vivir exaltados” se enlaza contradictoriamente con el discurso que lo nombra.
Esto se condensa en “hay mucho pero no se puede” frase que según recuerda
Silvina Epstein25 -otra integrante del Tit- coreaban al finalizar sus acciones, un
grito de libertad que quedaba atragantado por el miedo intermitente en medio
de un espacio público clausurado en el que operaban los fantasmagóricos efec-
tos de los dispositivos de control propios del terrorismo de Estado.
Rituales de la muerte en el espacio público
Los rituales de la muerte en Marat/Sade y en La maravillosa revelación del
misterio de Las Brujas transformaron el duelo en una movilización colectiva y
en una ocupación momentánea del espacio público. Siguiendo a Judith Butler:
El cuerpo que se crea entre aquellos que actúan juntos, el espacio de en-
cuentro, es un espacio de presentación. Esos cuerpos excluidos sin dere-
cho legal a estar ahí, están expresando su oposición a la legitimidad del
Estado, lo que hacen ante la ocupación del espacio es repetir esa ocupa-
ción y persistir en la misma, planteando un desafío en términos corpo-
rales, lo que significa que cuando el cuerpo habla políticamente no sólo
23 La frase había surgido en una entrevista realizada por Ana Longoni a Irene Mozskowski
(2012) y fue retomada en la entrada “Arte revolucionario” en: Red Conceptualismos del Sur
2012: 62. La frase resurgió en un conversatorio de artistas a propósito del Seminario internacio-
nal Perder la forma humana. Conversaciones sobre arte y política en los años 80 en América La-
tina que tuvo lugar el 6 de junio de 2014 en el Centro Cultural Borges de la Ciudad de Buenos
Aires y fue recuperada en el prólogo que escribí para el libro de Cocco 2017.
24 Williams 1988 [1978]: 151.
25 Entrevista a Silvina Epstein realizada por Ana Longoni en Madrid (18 de diciembre de
2011).