Teatro y posdictadura
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o algunos roles más diferenciados (como también tuvo UORC) ellos no expli-
citaban quién era el performer a cargo.
Asimismo, no solo fue el empleo y armado de una estructura narrativa,
sino los textos orígenes con los que se vincularon y explicitaron luego como hi-
potextos de ambas partes también fueron contrapuntos mantenidos respecto de
la trayectoria anterior.
Y así como hubo cambios en la poética, también lograron plasmar conti-
nuidades. La palabra continuó presente en los programas de mano. A manera
de carta de presentación, los programas de mano siempre les sirvieron de mani-
fiestos, cual oportunidades para aclarar, expresar sus ideas, a modo de glosario
o fixture de su trayectoria. De diferentes tamaños y extensión -algunos habían
sido de varias páginas (como el de UORC), otro una gigantografía (como el de
la Tirolesa/Obelisco aludiendo a la escala monumental trabajada)- estos para-
textos habían cargado con las palabras que la escena no presentaba o esclare-
cía. Aquí, en las dos partes de Almas examinadas, la palabra aparecía en ambos
soportes: el escénico y el paratextual.
Y junto con la posibilidad de una sala oficial, apareció la posibilidad de
llegar a nuevos públicos asistentes. Porque con este ingreso en el circuito tea-
tral oficial LON obtuvo un nuevo público que accedió a ver su propuesta. Cier-
tamente, dicho ingreso hizo que el grupo concretara un mayor reconocimiento
dentro del campo teatral de la ciudad y se legitimara con una gira internacional
por varios festivales internacionales.40 De todos modos, la mayor parte del pú-
blico asistente habrían sido seguidores de LON que -sorprendidos con la pro-
puesta- fueron autoconvocados para ver de qué se trataba, y que luego no apro-
baron la propuesta.
Y en cuanto al desarrollo de un teatro de imagen, en esta ocasión oficial,
LON continuó realizando un minucioso trabajo de sistema lumínico y sonoro
capaz de seguir provocando y desconcertando al espectador, ahora más pasi-
vo físicamente por estar sentado en una platea. Provocarlo desde la emergen-
cia de cierta inquietud respecto de lo que estaba mirando fue un puntapié que
quisieron retomar y aprovechar. Principalmente en la primera parte, Argumen-
to, se observa que trabajaron la gestualidad corporal y la provocación a partir
de la desnudez en las imágenes. Sin embargo, el impacto no fue tan contunden-
te como se esperaba, por lo que dio como resultado algo poco aceptado y bas-
tante criticado por el público en general.
En suma, es posible considerar que con Almas Examinadas LON afron-
tó el desafío de crear nuevas formas, las cuales, en gran medida, se mostraron
contrarias a la propuesta teatral que cinco años antes los había colocado como
40 Vale mencionar el de Hamburgo -en agosto de 1992-, Nantes y Sevilla, en octubre de ese
mismo año para cerrar junto a La Fura deis Baus en la Expo '92.
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o algunos roles más diferenciados (como también tuvo UORC) ellos no expli-
citaban quién era el performer a cargo.
Asimismo, no solo fue el empleo y armado de una estructura narrativa,
sino los textos orígenes con los que se vincularon y explicitaron luego como hi-
potextos de ambas partes también fueron contrapuntos mantenidos respecto de
la trayectoria anterior.
Y así como hubo cambios en la poética, también lograron plasmar conti-
nuidades. La palabra continuó presente en los programas de mano. A manera
de carta de presentación, los programas de mano siempre les sirvieron de mani-
fiestos, cual oportunidades para aclarar, expresar sus ideas, a modo de glosario
o fixture de su trayectoria. De diferentes tamaños y extensión -algunos habían
sido de varias páginas (como el de UORC), otro una gigantografía (como el de
la Tirolesa/Obelisco aludiendo a la escala monumental trabajada)- estos para-
textos habían cargado con las palabras que la escena no presentaba o esclare-
cía. Aquí, en las dos partes de Almas examinadas, la palabra aparecía en ambos
soportes: el escénico y el paratextual.
Y junto con la posibilidad de una sala oficial, apareció la posibilidad de
llegar a nuevos públicos asistentes. Porque con este ingreso en el circuito tea-
tral oficial LON obtuvo un nuevo público que accedió a ver su propuesta. Cier-
tamente, dicho ingreso hizo que el grupo concretara un mayor reconocimiento
dentro del campo teatral de la ciudad y se legitimara con una gira internacional
por varios festivales internacionales.40 De todos modos, la mayor parte del pú-
blico asistente habrían sido seguidores de LON que -sorprendidos con la pro-
puesta- fueron autoconvocados para ver de qué se trataba, y que luego no apro-
baron la propuesta.
Y en cuanto al desarrollo de un teatro de imagen, en esta ocasión oficial,
LON continuó realizando un minucioso trabajo de sistema lumínico y sonoro
capaz de seguir provocando y desconcertando al espectador, ahora más pasi-
vo físicamente por estar sentado en una platea. Provocarlo desde la emergen-
cia de cierta inquietud respecto de lo que estaba mirando fue un puntapié que
quisieron retomar y aprovechar. Principalmente en la primera parte, Argumen-
to, se observa que trabajaron la gestualidad corporal y la provocación a partir
de la desnudez en las imágenes. Sin embargo, el impacto no fue tan contunden-
te como se esperaba, por lo que dio como resultado algo poco aceptado y bas-
tante criticado por el público en general.
En suma, es posible considerar que con Almas Examinadas LON afron-
tó el desafío de crear nuevas formas, las cuales, en gran medida, se mostraron
contrarias a la propuesta teatral que cinco años antes los había colocado como
40 Vale mencionar el de Hamburgo -en agosto de 1992-, Nantes y Sevilla, en octubre de ese
mismo año para cerrar junto a La Fura deis Baus en la Expo '92.