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Georgina G. Gluzman
ponían en los frescos los grandes decoradores italianos del siglo XVII.
De los tres cuadros que expone, sólo uno es de figura: representa un gru-
po de bañistas sobre un fondo de mar azul, lleno de aire y sensaciones lu-
minosas. Son cuatro desnudos de mujer, distintos de tonalidad los cuatro
y resueltos en líneas de elegante distinción decorativa.33
[Fig. 10. Alfredo Guttero, En la playa, 1928, yeso cocido sobre madera, 118,5 x 180,5
cm, Museo Franklin Rawson, San Juan.]
La reseña señalaba la modernidad plástica de la obra, al tiempo que de-
lineaba su pertenencia a una tradición histórico-artístico profundamente arrai-
gada. En efecto, la obra no remitía a los cambios en las costumbres y en la
vestimenta femeninas contemporáneas, sino que la imagen permanecía firme-
mente anclada en un tema pictórico establecido. Pocos artistas, entre ellos Emi-
lio Centurión, siguieron la línea de Forner.
33 La Prensa 1928: sin paginar.
Georgina G. Gluzman
ponían en los frescos los grandes decoradores italianos del siglo XVII.
De los tres cuadros que expone, sólo uno es de figura: representa un gru-
po de bañistas sobre un fondo de mar azul, lleno de aire y sensaciones lu-
minosas. Son cuatro desnudos de mujer, distintos de tonalidad los cuatro
y resueltos en líneas de elegante distinción decorativa.33
[Fig. 10. Alfredo Guttero, En la playa, 1928, yeso cocido sobre madera, 118,5 x 180,5
cm, Museo Franklin Rawson, San Juan.]
La reseña señalaba la modernidad plástica de la obra, al tiempo que de-
lineaba su pertenencia a una tradición histórico-artístico profundamente arrai-
gada. En efecto, la obra no remitía a los cambios en las costumbres y en la
vestimenta femeninas contemporáneas, sino que la imagen permanecía firme-
mente anclada en un tema pictórico establecido. Pocos artistas, entre ellos Emi-
lio Centurión, siguieron la línea de Forner.
33 La Prensa 1928: sin paginar.