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Andrea Díaz Mattei
cierto todavía hoy no se ha erradicado por completo). Pues, una clara volun-
tad política se había empeñado en difundir la idea, que luego se transformaría
en creencia, del “blanqueamiento” y “europeización” de los argentinos. Tanto
desde el discurso hegemónico de poder, desde las instituciones y sus políticas,
como desde la educación y la intelectualidad en general, se negaban las raíces
negras y autóctonas o de los pueblos originarios (como es políticamente co-
rrecto llamarlos en la actualidad), reservando o relegando estas raíces oscuras
para ciertos folklorismos patrios e históricos.
[ AFRICAN SLAVE TRADE, 1 $00-1870 |
EUROPE
1
AFRICA
SPANISH MAIN
SUfcSMAMf
( If > RK i : XM) kíl i<
Sfrxlit «t íiciNII
NORTH
AMERICA
•VAHA '
SOUTH
AMERICA
MOZAMBIQUE
hLAQACAiCAS
CXXÍ> BENIN
rOíNscm*
[Fig. 1. Pearson Education, Comercio de Esclavos Africanos, 1500-1870, 2003.]
El imaginario colectivo reza que la “identidad nacional” argentina se com-
pone de un “crisol de razas”,2 provenientes en su mayoría de la gran inmigra-
ción europea que tuvo lugar desde la segunda mitad del siglo XIX en ade-
lante. Haciéndose eco de ello, algún famoso escritor mexicano3 afirmaba, con
2 Según la RAE, crisol se define como un “recipiente hecho de material refractario, que se
emplea para fundir alguna cosa” o como una “cavidad que en la parte inferior de los hornos sir-
ve para recibir el metal fundido”. Por lo tanto, el crisol de razas vendría a ser el contenedor de la
fundición de todas las razas.
3 Algunos se lo atribuyen a Carlos Fuentes, otros a Octavio Paz.
Andrea Díaz Mattei
cierto todavía hoy no se ha erradicado por completo). Pues, una clara volun-
tad política se había empeñado en difundir la idea, que luego se transformaría
en creencia, del “blanqueamiento” y “europeización” de los argentinos. Tanto
desde el discurso hegemónico de poder, desde las instituciones y sus políticas,
como desde la educación y la intelectualidad en general, se negaban las raíces
negras y autóctonas o de los pueblos originarios (como es políticamente co-
rrecto llamarlos en la actualidad), reservando o relegando estas raíces oscuras
para ciertos folklorismos patrios e históricos.
[ AFRICAN SLAVE TRADE, 1 $00-1870 |
EUROPE
1
AFRICA
SPANISH MAIN
SUfcSMAMf
( If > RK i : XM) kíl i<
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NORTH
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[Fig. 1. Pearson Education, Comercio de Esclavos Africanos, 1500-1870, 2003.]
El imaginario colectivo reza que la “identidad nacional” argentina se com-
pone de un “crisol de razas”,2 provenientes en su mayoría de la gran inmigra-
ción europea que tuvo lugar desde la segunda mitad del siglo XIX en ade-
lante. Haciéndose eco de ello, algún famoso escritor mexicano3 afirmaba, con
2 Según la RAE, crisol se define como un “recipiente hecho de material refractario, que se
emplea para fundir alguna cosa” o como una “cavidad que en la parte inferior de los hornos sir-
ve para recibir el metal fundido”. Por lo tanto, el crisol de razas vendría a ser el contenedor de la
fundición de todas las razas.
3 Algunos se lo atribuyen a Carlos Fuentes, otros a Octavio Paz.