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https://doi.org/10.11588/diglit.67377#0093
4. Epigrafia
Después de estas brèves consideraciones sobre las
artes industriales debemos dedicar algunas palabras al
arte de la escritura entre los arabes que, junto con la
ornamentaciôn y también como tal, desempenô un
papel tan importante.
En el mundo mahometano, en el que las palabras
del Profeta no solamente declaraban el dogma, sino
que eran también las leyes de la vida social y juridica,
es natural que la caligrafia, en relation con las nuevas
doctrinas que llevaban dentro de si un impulso conquis-
tador del mundo, alcanzara desde antiguo un extra-
ordinario desarrollo. El florecimiento del arte del libro
entre los arabes, se compagina perfectamcnte con esta
realidad. Ya en 622 d. de J. G. habia sido escrita una
parte del Coran. Y cuando Omar y Othman ordenaron
la fijaciôn escrita del libro sagrado, el desarrollo de la
escritura recibiô un vigoroso impulso. Se ha dicho mùl-
tiples veces que la escritura arabe procédé de la llamada
escritura cùfica. Grandes hallazgos de textos en papiro,
pertenecientes en parte a la primera época del Islam,
nos ensenan que la escritura ârabe no se diferencia
esencialmente de la escritura llamada posteriormente
Después de estas brèves consideraciones sobre las
artes industriales debemos dedicar algunas palabras al
arte de la escritura entre los arabes que, junto con la
ornamentaciôn y también como tal, desempenô un
papel tan importante.
En el mundo mahometano, en el que las palabras
del Profeta no solamente declaraban el dogma, sino
que eran también las leyes de la vida social y juridica,
es natural que la caligrafia, en relation con las nuevas
doctrinas que llevaban dentro de si un impulso conquis-
tador del mundo, alcanzara desde antiguo un extra-
ordinario desarrollo. El florecimiento del arte del libro
entre los arabes, se compagina perfectamcnte con esta
realidad. Ya en 622 d. de J. G. habia sido escrita una
parte del Coran. Y cuando Omar y Othman ordenaron
la fijaciôn escrita del libro sagrado, el desarrollo de la
escritura recibiô un vigoroso impulso. Se ha dicho mùl-
tiples veces que la escritura arabe procédé de la llamada
escritura cùfica. Grandes hallazgos de textos en papiro,
pertenecientes en parte a la primera época del Islam,
nos ensenan que la escritura ârabe no se diferencia
esencialmente de la escritura llamada posteriormente