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https://doi.org/10.11588/diglit.67617#0031
Capítulo II
El Arte decorativo entre los egipcios
Los antiguos egipcios son los fundadores de una cultura
universal, y su ornamentación es la fuente de la cual se
deriva la ornamentación de todo el mundo. De ella procede
la ornamentación mesopotámica, la greco-romana que se
extiende en la Edad Media europea, la india y la islámico-
oriental. Estas dos últimas forman el punto de partida para
la creación de la ornamentación chino-japonesa. Nos encon-
tramos al pie de un árbol, cuyas ramas, en el curso del
tiempo, lian ido extendiendo su sombra por toda la super-
ficie de la tierra.
Los egipcios eran un pueblo dotado del más fino sentido
estético para las artes decorativas, como se descubre en su
escritura. ¿Qué pueblo en la Antigüedad ha tenido unos
signos escriptorios tan ornamentales como los jeroglíficos?
Y es de admirar la seguridad con que los empleaban para el
relleno de superficies planas y para la decoración, que recuer-
dan más tarde los signos retorcidos de los árabes. En ningún
caso encontramos en los relieves egipcios que las inscripciones
atraviesen a las figuras o vayan sobre los vestidos como su-
cede en los relieves asirios. Esto lo impedía no sólo el buen
gusto de los egipcios, sino también su sentido de la orde-
nación y de la claridad. Entre los motivos lineales, los egip-
El Arte decorativo entre los egipcios
Los antiguos egipcios son los fundadores de una cultura
universal, y su ornamentación es la fuente de la cual se
deriva la ornamentación de todo el mundo. De ella procede
la ornamentación mesopotámica, la greco-romana que se
extiende en la Edad Media europea, la india y la islámico-
oriental. Estas dos últimas forman el punto de partida para
la creación de la ornamentación chino-japonesa. Nos encon-
tramos al pie de un árbol, cuyas ramas, en el curso del
tiempo, lian ido extendiendo su sombra por toda la super-
ficie de la tierra.
Los egipcios eran un pueblo dotado del más fino sentido
estético para las artes decorativas, como se descubre en su
escritura. ¿Qué pueblo en la Antigüedad ha tenido unos
signos escriptorios tan ornamentales como los jeroglíficos?
Y es de admirar la seguridad con que los empleaban para el
relleno de superficies planas y para la decoración, que recuer-
dan más tarde los signos retorcidos de los árabes. En ningún
caso encontramos en los relieves egipcios que las inscripciones
atraviesen a las figuras o vayan sobre los vestidos como su-
cede en los relieves asirios. Esto lo impedía no sólo el buen
gusto de los egipcios, sino también su sentido de la orde-
nación y de la claridad. Entre los motivos lineales, los egip-