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https://doi.org/10.11588/diglit.67617#0107
ARTES DECORATIVAS EN LA ANTIGÜEDAD
101
ciar lo más significativo del perfeccionamiento y de los cam-
bios de estilo del arte griego.
En el período micénico-cretense, los dioses tenían su
hogar dentro del palacio real. La capilla de la diosa de las
serpientes es solamente una habitación más del palacio
de Cnosos. En la época de las poesías homéricas algunos
dioses tenían templos aislados pero la mayor parte se adora-
ban en bosquecillos cerrados con setos. La palabra griega
que indica la zona principal del templo en la época posterior
es sekos (espacio vallado con setos) lo cual indica la primi-
tiva situación de las divinidades. Cuando en Jerusalén, el
pueblo vivía prósperamente, Dios pidió a Salomón: « Edifica
un templo a mi advocación ». Un dios griego hubiera dicho
« a mi imagen ». El templo griego no perdió nunca el carácter
de vivienda de la divinidad. No era la casa de la comunidad,
donde los creyentes se reunieran para orar, sino el visible
aposento del dios, adonde podían ir a buscarle los que en
su corazón sintieran alguna emoción religiosa.
En esta exposición no presentaremos la estructura del
templo, sino solamente sus elementos decorativos. Los estilos
de los templos, se conocen en la forma de la columna y del
entablamento. Distinguiremos los estilos dórico, jónico y
corintio.
El estilo dórico
En este estilo, el más antiguo de los tres, la columna
muestra una débil resonancia de la época micénica. Como
demostración de lo dicho, reproducimos una de las grandes
columnas pétreas de la tumba de Atreo en Micenas (fig. 83).
Esta columna, como la pata de una mesa, se estrecha por
la parte inferior. En la decoración del fuste, se imita a una
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ciar lo más significativo del perfeccionamiento y de los cam-
bios de estilo del arte griego.
En el período micénico-cretense, los dioses tenían su
hogar dentro del palacio real. La capilla de la diosa de las
serpientes es solamente una habitación más del palacio
de Cnosos. En la época de las poesías homéricas algunos
dioses tenían templos aislados pero la mayor parte se adora-
ban en bosquecillos cerrados con setos. La palabra griega
que indica la zona principal del templo en la época posterior
es sekos (espacio vallado con setos) lo cual indica la primi-
tiva situación de las divinidades. Cuando en Jerusalén, el
pueblo vivía prósperamente, Dios pidió a Salomón: « Edifica
un templo a mi advocación ». Un dios griego hubiera dicho
« a mi imagen ». El templo griego no perdió nunca el carácter
de vivienda de la divinidad. No era la casa de la comunidad,
donde los creyentes se reunieran para orar, sino el visible
aposento del dios, adonde podían ir a buscarle los que en
su corazón sintieran alguna emoción religiosa.
En esta exposición no presentaremos la estructura del
templo, sino solamente sus elementos decorativos. Los estilos
de los templos, se conocen en la forma de la columna y del
entablamento. Distinguiremos los estilos dórico, jónico y
corintio.
El estilo dórico
En este estilo, el más antiguo de los tres, la columna
muestra una débil resonancia de la época micénica. Como
demostración de lo dicho, reproducimos una de las grandes
columnas pétreas de la tumba de Atreo en Micenas (fig. 83).
Esta columna, como la pata de una mesa, se estrecha por
la parte inferior. En la decoración del fuste, se imita a una