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Sztuka Ameryki Łacińskiej — 2.2012

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Rey Márquez, Juan Ricardo: La imagen colonial neogranadina y su aurea mediocritas
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https://doi.org/10.11588/diglit.52436#0163
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La imagen colonial NEOGRANADINA y SU AUREA mediocritas

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del momento histórico cultural en el que fue producida26. Weisbach nota un in-
terés mayor de la “ciencia del arte” en la configuración formal y una desaten-
ción del contenido o “intimidad” de la obra artística, es decir un mayor interés
en el “cómo” que en el “qué”27. Para Weisbach la “expresión formal” es inse-
parable de la “expresión espiritual”, sobre todo para el caso de la contrarrefor-
ma pues se trata de
“[...] un arte religioso y eclesiástico que, [...] corresponde a un conteni-
do dado y estricto” y en consecuencia “El proceso de modelación no si-
gnifica nada como algo válido por sí mismo, sino solamente en relación
con su esencia y su espíritu”28.
De ahí se desprende que Weisbach no desestima la importancia de la mi-
rada formalista hacia la obra de arte, siempre y cuando ésta no se deslinde de la
atención necesaria a las determinantes culturales en que surja.
A diferencia de Giraldo Jaramillo, Gil Tovar, Arbeláez Camacho y Acuña,
Santiago Sebastián supo comprender la crítica de Weisbach. Quizá por ello en
sus trabajos cobró importancia el significado de la imagen en la creación ar-
tística y son relevantes sus escritos sobre arquitectura, como el realizado junto
a Arbeláez Camacho para la Historia extensa de Colombia', su trabajo sobre la
relación entre emblemática y arte, que se concretó en una edición crítica de los
Emblemas de Alciato, y sus obras de temas iconológicos en general como La
iconografía del indio americano, que resulta de utilidad a pesar de un hispani-
smo exacerbado que lo lleva a polemizar con Bartolomé de Las Casas y hacer
una impugnación poco fructífera de la Leyenda negra. Este es quizá el aspecto
más polémico del trabajo de Sebastián, cuya mirada del final de la colonia, la
Ilustración y las críticas a los excesos de la evangelización en América peca de
apasionamiento y militancia hispanista29.
Pero en este error no está solo Santiago Sebastián. Si se señalan aspectos
polémicos de la producción historiográfica sobre el arte colonial, no se preten-
de con ello menospreciar el aporte de sus autores. Por el contrario, la impor-
tancia de la reflexión historiográfica, radica en que permite conocer los apor-
tes metodológicos y epistemológicos de la disciplina, así como sus vacíos. Por
ello es necesario señalar la mirada poco atenta que han merecido las produc-
ciones artísticas del siglo XVIII. Giraldo Jaramillo inicia su capítulo sobre la
pintura del siglo XVIII, aduciendo que con la muerte del gran maestro Grego-
26 Weisenbach [1920] 1942: 11-12.
27 Weisenbach [1920] 1942: 51-52.
28 Weisenbach [1920] 1942.
29 Santiago Sebastián culpa de la disgregación del imperio español a las sociedades secretas,
entre ellas a la masonería -protegida por Carlos III - ¡y a los judíos! en su texto sobre el siglo
XVIII para la enciclopedia Summa Artis. (Gisbert, Mesa, Sebastián 1985: 131-132).
 
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