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AnnaWendorff, Carlos Dimeo
tran encerrados, en una especie de torres de jaulas. Nuevamente se nos pone
ante una afrenta contra la moral, un acta de escrutinio a ésta y una repregunta
que remite una y otra vez a la dicotomía ética-moral tal como lo ha planteado
Levinas. Puesto que el artista tiene un compromiso ético, que hace ineludible
el carácter político de la obra en sí. Lo ético como responsabilidad y lo moral
como forma de construcción de esa ética. Lo ético como actitud frente ‘a’; lo
moral como valor y como juicio, pero ya no en el sentido puramente kantiano,
sino más bien en un contrapuesto a éste como el «sentido extramoral»21 nietzs-
cheano. Hemos trasmutado, franqueado una pared que ha ido y venido, de Ben-
jamin a Nietzsche o viceversa. Es un juego simbólico de espejos.
[Fig. 7. Javier Téllez, ‘Insane Asylum’, Instalacióny Performance
(Medidas Variables; Nueva York: The Institute of Contemporary Art, 1993-1994),
Fotografía Elena Andrés.]
Medios Expresivos de Javier Téllez
Nos parece necesario volver a citar aquí a Arthur Coleman Danto cuan-
do escribe sobre la fuerte disputa que surge entre el sentido moral y digámoslo
«extramoral» del arte. Danto resume la idea de la siguiente forma:
En 1905, meditando sobre el pleito un tanto absurdo entre Whistler y Ru-
skin que había sido la comidilla del público londinense en 1879, Proust
escribió que mientras Whistler estaba en lo cierto al decir que existe una
distinción entre arte y moralidad, en distinto plano Ruskin también tenía
razón al afirmar que todo gran arte es moralidad. Ya hemos visto que en
1903 Moore argumentó, sin pestañear, que la conciencia de la belleza es-
21 Nietzsche 2009.
AnnaWendorff, Carlos Dimeo
tran encerrados, en una especie de torres de jaulas. Nuevamente se nos pone
ante una afrenta contra la moral, un acta de escrutinio a ésta y una repregunta
que remite una y otra vez a la dicotomía ética-moral tal como lo ha planteado
Levinas. Puesto que el artista tiene un compromiso ético, que hace ineludible
el carácter político de la obra en sí. Lo ético como responsabilidad y lo moral
como forma de construcción de esa ética. Lo ético como actitud frente ‘a’; lo
moral como valor y como juicio, pero ya no en el sentido puramente kantiano,
sino más bien en un contrapuesto a éste como el «sentido extramoral»21 nietzs-
cheano. Hemos trasmutado, franqueado una pared que ha ido y venido, de Ben-
jamin a Nietzsche o viceversa. Es un juego simbólico de espejos.
[Fig. 7. Javier Téllez, ‘Insane Asylum’, Instalacióny Performance
(Medidas Variables; Nueva York: The Institute of Contemporary Art, 1993-1994),
Fotografía Elena Andrés.]
Medios Expresivos de Javier Téllez
Nos parece necesario volver a citar aquí a Arthur Coleman Danto cuan-
do escribe sobre la fuerte disputa que surge entre el sentido moral y digámoslo
«extramoral» del arte. Danto resume la idea de la siguiente forma:
En 1905, meditando sobre el pleito un tanto absurdo entre Whistler y Ru-
skin que había sido la comidilla del público londinense en 1879, Proust
escribió que mientras Whistler estaba en lo cierto al decir que existe una
distinción entre arte y moralidad, en distinto plano Ruskin también tenía
razón al afirmar que todo gran arte es moralidad. Ya hemos visto que en
1903 Moore argumentó, sin pestañear, que la conciencia de la belleza es-
21 Nietzsche 2009.