¿EL ROSTRO DEL CHE - SACRUM COMMERCIUM? 185
co-cristianos® por ejemplo en Acta Andreae et Matthiae apud Anthropopha-
gos (33; R. A. Lipsius, M. Bonnet, Acta Apostolorum Apocrypha, II/ 1, 115).
En la literatura patristica, la razón para tomar el hilo del aspecto del atracti-
vo de Jesús es por lo general Sal 44,3: “eres la más hermosa de las personas”.
Mientras que al mismo tiempo en el Libro de Isaías, también se halla un frag-
mento opuesto que se refiere al Me-
sías: “no tenía apariencia ni presen-
cia; (le vimos) y carecía de aspecto
que pudićsemos estimar.” (Iz 53,2)
(Grillmeier 1990: 165). La aparien-
cia fisica y el atractivo de la figura
de Jesus puede ser visto desde al-
gunos titulos que se le atribuian en
el periodo de la patristica: Bacchus,
Atleta (a0Amqrńc)”".
[Fig. 5. Che crucificado por “capital”.]
En el contexto actual que nos interesa, la asimilación de la iconografía del
Che a la iconografía de Cristo, la afirmación frecuentemente repetida de Cle-
mente de Alejandría dirigida contra la voluntad de la imagen que retrata a Dios:
“la verdadera imagen de Dios es el hombre” (Protreptikos 4, Stromata V, 4) ad-
quiere un nuevo significado. Esto podria ser lema para muchas compilaciones
literales de las tradiciones iconográficas. La tendencia a acentuar también el
atractivo sexual de Jesús, palpable en la cultura al menos desde la formación de
la actitud religiosa basada en las emociones (devotio moderna), comenzó a ser
en la segunda mitad del siglo XX cada vez más pronunciada (fig. 5). Incluso de-
Jando a un lado los ejemplos irónica y deliberadamente exagerados como en el
cómic Son-O-God de M. Choquette, S. Kelly y N. Adams incluido en la edición
22 de la “National Lampoon” en 1972 (fig. 6) se puede identificar fácilmente
esta tendencia. A su vez la figura de Jesús, no es de ninguna manera, destacada
20 AURENHAMMER 1957: 457—458.
21 STUIBER 1957: 26.
co-cristianos® por ejemplo en Acta Andreae et Matthiae apud Anthropopha-
gos (33; R. A. Lipsius, M. Bonnet, Acta Apostolorum Apocrypha, II/ 1, 115).
En la literatura patristica, la razón para tomar el hilo del aspecto del atracti-
vo de Jesús es por lo general Sal 44,3: “eres la más hermosa de las personas”.
Mientras que al mismo tiempo en el Libro de Isaías, también se halla un frag-
mento opuesto que se refiere al Me-
sías: “no tenía apariencia ni presen-
cia; (le vimos) y carecía de aspecto
que pudićsemos estimar.” (Iz 53,2)
(Grillmeier 1990: 165). La aparien-
cia fisica y el atractivo de la figura
de Jesus puede ser visto desde al-
gunos titulos que se le atribuian en
el periodo de la patristica: Bacchus,
Atleta (a0Amqrńc)”".
[Fig. 5. Che crucificado por “capital”.]
En el contexto actual que nos interesa, la asimilación de la iconografía del
Che a la iconografía de Cristo, la afirmación frecuentemente repetida de Cle-
mente de Alejandría dirigida contra la voluntad de la imagen que retrata a Dios:
“la verdadera imagen de Dios es el hombre” (Protreptikos 4, Stromata V, 4) ad-
quiere un nuevo significado. Esto podria ser lema para muchas compilaciones
literales de las tradiciones iconográficas. La tendencia a acentuar también el
atractivo sexual de Jesús, palpable en la cultura al menos desde la formación de
la actitud religiosa basada en las emociones (devotio moderna), comenzó a ser
en la segunda mitad del siglo XX cada vez más pronunciada (fig. 5). Incluso de-
Jando a un lado los ejemplos irónica y deliberadamente exagerados como en el
cómic Son-O-God de M. Choquette, S. Kelly y N. Adams incluido en la edición
22 de la “National Lampoon” en 1972 (fig. 6) se puede identificar fácilmente
esta tendencia. A su vez la figura de Jesús, no es de ninguna manera, destacada
20 AURENHAMMER 1957: 457—458.
21 STUIBER 1957: 26.