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Ricardo González
Ambos retablos son de un moderado barroco, pero mientras que el de Sou-
za Cavadas representa la tradición de las tres calles resueltas en un solo cuer-
po el de las Nieves muestra, en una versión muy modesta, la tendencia al ni-
cho único difundida a partir del retablo de Andrea Pozzo para el altar de San
Ignacio en el crucero del Gesü (1694—1699) que contaba con varios ejempla-
res en América, especialmente en iglesias jesuíticas59. Surge aquí un sentido di-
námico, unitario y sintético característicamente barroco, arribado tardíamente
a Buenos Aires y desprovisto de la sobrecarga ornamental que había imbui-
do las obras españolas y americanas de la primera mitad del siglo. Desapare-
ce también la vieja concepción narrativa que ordenaba un conjunto de imáge-
nes como despliegue contextual del núcleo temático central para dejar lugar a la
simple presentación del titular en un marco resaltado, solo o acompañado y con
ella la construcción de un sentido argumental que deja lugar a la presentación
directa del personaje60.
[Fig. 21. Retablo de Santa Rosa de Viterbo (ahora del Sagrado Corazón),
iglesia de San Francisco.]
59 Por ejemplo, los retablos jesuíticos de San Francisco Javier y San Ignacio, en la Compañía
de Quito (hacia 1730), el de San Ignacio en la iglesia de San Pedro de Lima, según Wethey copia
de los quiteños, aunque bastante diferente en su composición.
60 González 2001.
Ricardo González
Ambos retablos son de un moderado barroco, pero mientras que el de Sou-
za Cavadas representa la tradición de las tres calles resueltas en un solo cuer-
po el de las Nieves muestra, en una versión muy modesta, la tendencia al ni-
cho único difundida a partir del retablo de Andrea Pozzo para el altar de San
Ignacio en el crucero del Gesü (1694—1699) que contaba con varios ejempla-
res en América, especialmente en iglesias jesuíticas59. Surge aquí un sentido di-
námico, unitario y sintético característicamente barroco, arribado tardíamente
a Buenos Aires y desprovisto de la sobrecarga ornamental que había imbui-
do las obras españolas y americanas de la primera mitad del siglo. Desapare-
ce también la vieja concepción narrativa que ordenaba un conjunto de imáge-
nes como despliegue contextual del núcleo temático central para dejar lugar a la
simple presentación del titular en un marco resaltado, solo o acompañado y con
ella la construcción de un sentido argumental que deja lugar a la presentación
directa del personaje60.
[Fig. 21. Retablo de Santa Rosa de Viterbo (ahora del Sagrado Corazón),
iglesia de San Francisco.]
59 Por ejemplo, los retablos jesuíticos de San Francisco Javier y San Ignacio, en la Compañía
de Quito (hacia 1730), el de San Ignacio en la iglesia de San Pedro de Lima, según Wethey copia
de los quiteños, aunque bastante diferente en su composición.
60 González 2001.